Ya con Claudia Sheinbaum Pardo en la Presidencia de la República, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) renovará su dirigencia, con fecha tentativa el próximo 18 de noviembre. El nuevo presidente o presidenta, quien conducirá a ese instituto hasta 2028, será definida por encuestas.
Como en cada caso, y ya como un síntoma natural de la izquierda mexicana, se espera una contienda interna ácida y plagada de descalificaciones, pues están en juego posiciones fundamentales y los destinos de las candidaturas de la elección intermedia de 2027.
Vayamos por partes.
La renovación es un proceso ordinario, pues la fecha límite de la extensión de la gestión de Mario Martín Delgado Carrillo, como presidente, y de Minerva Citlalli Hernández Mora, como secretaria general, es como máximo al último día de octubre de 2024, por mandato del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
El proceso electoral será conducido por el Consejo Político Nacional, la Comisión de Elecciones y la Comisión de Honestidad y Justicia.
La fecha tentativa para el Congreso Nacional Electivo ha sido ya establecida, de acuerdo con una fuente bien informada, cercana al Comité Ejecutivo Estatal (CEN), para el 18 de noviembre 2024.
También, ya la Comisión de Elecciones ha anunciado que habrá encuestas para definir a los “mejores perfiles”.
Para la emisión de la convocatoria, serán llamados los 300 consejeros y consejeras.
También, de acuerdo con la fuente, se prevé que en ese Congreso se realicen también los nombramientos de la Secretaría de Finanzas y la renovación de la Comisión de Honor y Justicia.
Hasta ahí la ruta técnica para la renovación de la dirigencia.
Ahora, en lo político, hay que reconocer que de antemano hay una favorita para dirigir los destinos del partido que más fuerza tiene en el país: Luisa María Alcalde Luján, actualmente secretaria de Gobernación con el presidente Andrés Manuel López Obrador, antes titular del Trabajo y quien también fue diputada federal en la LXII Legislatura (2012-2015).
La novel funcionaria y fundadora del partido lopezobradorista recién cumplirá 37 años el próximo 24 de agosto y es de las personas más cercanas al mismo López Obrador y tiene el reconocimiento y simpatía plena de Claudia Sheinbaum Pardo, a pesar de que forma parte de un grupo distinto dentro de Morena.
Hay muchos puntos de identidad de Luisa María con la virtual presidenta electa, como el origen académico en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en donde terminó con honores la cerrera de Derecho, y también por sus estudios en Estados Unidos, pues es maestra por la Universidad de California en Berkeley.
La identidad ideológica es otro fuerte lazo entre ellas, mucho más allá del género, pero por supuesto que también cuenta, porque no hay que olvidar que Sheinbaum ha proclamado que “es tiempo de mujeres”, además de que con su arribo a Palacio Nacional “llegamos todas”. Es de esperarse que sea consecuente al impulsar a una mujer para el CEN morenista.
Cuando llegue el momento de la elección partidista, Luisa María habrá dejado ya el gabinete, pues el sexenio de Andrés Manuel se extinguirá el último día de septiembre.
A pesar de ser la clara favorita y, desde ahora mismo, se puede pronosticar que será la presidenta del CEN de Morena, Luisa María tendrá contrincantes.
De entrada, la actual secretaria general del partido, la senadora Minerva Citlalli Hernández Mora, se apuntará para el cargo, pero sin duda será aplastada en las encuestas, además de que es vista con recelo, por haberse apuntado ella misma, desde su posición de dirigente, como segunda en la Lista Nacional (equivalente a plurinominal), para repetir en el Senado de la República en el próximo ejercicio.
Fue, sin duda, un artero abuso.
Otros más, sin ninguna posibilidad, se apuntarán y no alcanzarán a figurar en los ejercicios demoscópicos.
Desde ahora anote usted, que, si no pasa nada extraordinario y dramático de aquí al 18 de noviembre, Luisa María será la dirigente de Morena.
Es cuanto.