“México sigue siendo el país sin guerra más peligroso para los reporteros: 37 periodistas han sido asesinados desde 2019“, dice el informe anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF).
Agrega que desde el año 2000, se han reportado cerca de 150 homicidios de periodistas y 28 casos de desapariciones en el país.
El informe señala que el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha logrado mejorar la situación durante el último año de su mandato, manteniendo una retórica hostil hacia los profesionales de los medios.
Detalla que “el presidente López Obrador y otras figuras destacadas del Estado han adoptado una retórica tan violenta como estigmatizante contra los periodistas, a los que acusan regularmente de apoyar a la oposición.
En sus más de cuatro años de mandato, el presidente ha criticado a los periodistas por su falta de profesionalidad y ha calificado a la prensa mexicana de “parcial“, “injusta“, y de “desecho del periodismo”.
Según la evaluación, “en la práctica, no hay ninguna ley que obstaculice la libertad de informar, puesto que la censura se ejerce mediante amenazas o ataques directos contra los periodistas, más que a través de acciones judiciales, detenciones o suspensiones de actividad”.
México ocupa el puesto 121 de 180 países en cuanto a libertad de prensa, seguido de Lesoto y la República Democrática del Congo.
Preocupa a CIDH la violencia contra periodistas en México
Por su parte la Relatoría Especial para la Libertad Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) publicó este viernes su Informe Anual 2023, en el marco del Día Mundial De La Libertad De Prensa, en el que menciona que le preocupa “la persistencia de la violencia letal contra periodistas y comunicadores en México“.
Mencionó que “México es uno de los países más peligrosos y letales para la prensa en la región y el mundo“. Señaló que el país “registró nuevamente una de las cifras de asesinatos más altas en la región y el mundo. En el transcurso de este año, al menos 7 periodistas y comunicadores fueron asesinados en México por motivos que pueden estar vinculados a su trabajo periodístico”.
Indicó que en el país hay “un contexto de creciente estigmatización, descalificación y descrédito por parte de actores políticos y funcionarios públicos en los diferentes niveles del Estado, contra la prensa”.
En el reporte detalló que “a esto, se suman reportes de secuestros, amenazas, agresiones físicas y verbales, actos de intimidación y acoso judicial, señalamientos estigmatizantes contra la prensa por parte de las más altas autoridades, así como ataques y campañas de desprestigio contra periodistas y medios de comunicación en el ámbito digital”.