En la ciudad colombiana de Cali, un acto violento perpetrado por las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) sacudió la tranquilidad de la noche. El ataque, que ocurrió el jueves por la noche, consistió en el lanzamiento de un explosivo contra una instalación militar, el cantón militar de Pichincha.
El comandante del Comando Conjunto Número 2, general Erik Rodríguez Aparicio, describió el ataque como “demencial y cobarde”, destacando que los responsables detonaron un vehículo cargado con un sistema artesanal de lanzamiento de cilindros en una zona residencial de Cali.
Aunque el objetivo primario era impactar las casas fiscales de la institución militar, el ataque afectó a dos viviendas particulares fuera del cantón y una dentro del mismo, además de intentar alcanzar un colegio cercano donde estudian los hijos de los oficiales y suboficiales. Por fortuna, el cilindro lanzado en el colegio no detonó, evitando una tragedia mayor.
El general Rodríguez condenó el ataque y lo calificó como dirigido hacia la población civil inerme y las familias de los militares que residen en el área. Según su análisis, este acto violento fue una respuesta a las operaciones militares desarrolladas en los últimos doce días en los departamentos del Cauca, Nariño y Valle del Cauca, dirigidas contra el Estado Mayor Central (EMC) y la Segunda Marquetalia, dos facciones de las disidencias de las FARC.
Colombia intensifica operativos militares ante ola de violencia
El incremento de la violencia en la región ha llevado al Gobierno colombiano a tomar medidas más drásticas. El mes pasado, se suspendió el cese el fuego bilateral y temporal con el EMC en los tres departamentos afectados, después de un ataque de las disidencias contra una comunidad indígena que dejó una mujer muerta y dos heridos.
En respuesta a la escalada de violencia, se han intensificado las operaciones militares, lo que ha resultado en la muerte o captura de varios guerrilleros en las últimas semanas. Además del ataque en Cali, se reportó otro incidente en Tumaco, Nariño, donde un infante de Marina resultó herido por una granada lanzada por desconocidos contra una instalación militar.