Vladímir Putin está a punto de asegurar un nuevo mandato presidencial en Rusia, consolidando su control durante 24 años, el período más extenso desde Stalin. A pesar de la guerra en Ucrania y la creciente aislamiento internacional, Putin ha silenciado el disenso mediante leyes restrictivas y represión.
La campaña de Putin se centra en la promesa de cumplir sus objetivos en Ucrania, describiendo el conflicto como una batalla crucial contra Occidente. Putin sostiene que la invasión es para proteger a la población ruso parlante y evitar que Ucrania se una a la OTAN. ¿Cómo afectará esta elección al desarrollo del conflicto?
En términos económicos, la capacidad de Rusia para resistir sanciones occidentales ha sido clave para la permanencia de Putin en el poder. Con un pronóstico de crecimiento del 2.6% en 2024, la economía rusa, especialmente en el sector de energía, sigue siendo robusta. Las industrias militares impulsan el crecimiento, mientras Putin promete beneficios como hipotecas subsidiadas y más fondos estatales para diversos sectores.
Sin embargo, la represión interna ha alcanzado niveles sin precedentes. La crítica pública a la guerra se ha convertido en delito, las protestas son dispersadas rápidamente, y los opositores enfrentan arrestos y juicios. La prensa independiente ha sido clausurada, y la estatal repite incansablemente las versiones del Kremlin.
Se espera un aumento en la retórica belicista y la represión interna. La política exterior se tornará más agresiva, promoviendo la imagen de Rusia como bastión de valores tradicionales. En sus relaciones internacionales, la victoria de Putin fortalecerá alianzas y reforzará el mensaje de su control político.
La victoria electoral de Putin no solo determinará el futuro de Rusia sino que también tendrá repercusiones a nivel mundial, afectando la geopolítica y las dinámicas internacionales en un contexto de tensiones crecientes.