En los diferentes cuartos de guerra del frente opositor han comenzado a expresarse preocupaciones en torno al desempeño político-electoral que tendrá la dupla de candidatos al senado definida tanto por el PRI, en el caso de la primera fórmula, como por el PAN, en el de la segunda.
Ni Néstor Camarillo Medina ni Ana Teresa Aranda Orozco poseen perfiles de esos que conectan con la gente, derraman simpatía y mueven emociones para llevar electores a las urnas, como tendría que ser en una contienda en la que los objetivos de este bloque, conformado por PAN, PRI, PRD y en menor medida PSI, se miran cuesta arriba.
La lógica electoral del frente obligaba a postular perfiles competitivos en todas las posiciones, de manera que los abanderados contribuyeran a la suma de votos para los candidatos principales, que en el caso del estado de Puebla son tres: Xóchitl Gálvez Ruiz, Eduardo Rivera Pérez y Mario Riestra Piña.
Como consecuencia de ese razonamiento, de extrema importancia para las fuerzas políticas que arrancan en desventaja, resulta fundamental ir a la competencia con los mejores candidatos, quienes, aunque pierdan sus contiendas, sean lo suficientemente atractivos para agregar simpatizantes a la marca electoral y, por tanto, al resto de los aspirantes.
En el frente opositor se acaban de dar cuenta que eso no ocurrió en la lucha por las dos posiciones del Senado de la República, que sus dirigentes, principalmente los nacionales, Alejandro Moreno Cárdenas y Marko Cortés Mendoza, sacrificaron potencial de voto por el privilegio de casta, o de complicidad.
No vaya usted a pensar que un rayo divino ha iluminado a las dirigencias locales del PRI y del PAN y que ahí se ha comenzado a experimentar el siempre importante ejercicio de autocrítica, no, pero el error de un partido lo ha visto el otro y así a la inversa.
En el blanquiazul afirman que la postulación de Néstor Camarillo es un premio a la lealtad y a la complicidad del político nacido en Quecholac con su dirigente “Alito” Moreno, mientras que en el tricolor aseguran que la candidatura de “Ana Tere” deriva del reconocimiento de Marko Cortés, pero sobre todo de Eduardo Rivera, a la larga trayectoria de la diputada federal, que fue candidata a presidenta municipal de Puebla y gobernadora en los tiempos más difíciles, cuando era imposible derrotar a la maquinaria priista, aceitada desde el poder del Estado.
En los dos partidos tienen razón.
Por motivaciones un tanto distintas, ambas postulaciones han obedecido mucho más a criterios de afectividad que a la capacidad de esos dos personajes para conducir votantes a las urnas, y eso no es bueno para las necesidades electorales del frente.
Es muy tarde para dar marcha atrás, pero no para apretar tuercas donde sea posible para subir una o dos rayas a la efectividad electoral de Camarillo Medina y Aranda Orozco. Muy difícil tarea para los opositores.
El único consuelo que les queda es que del otro lado enfrentarán a una dupla disminuída al 50 por ciento. Lizeth Sánchez García, quien hará equipo con Ignacio Mier Velazco, fue último lugar en la encuesta que hizo la Comisión Nacional de Elecciones de Morena para definir su precandidato a gobernador. Por lo visto hasta ahora, es imposible que haya subido algo, al menos un punto, en estos meses, desde noviembre a la fecha.
“Liz” Sánchez es otro caso de postulación favorecida por cuotas y no por potencial electoral. Su candidatura obedece al compromiso de Morena con el PT y nada más.
Aquí será Ignacio Mier quien tendrá que cargar con la campaña y la responsabilidad de sumar votos a Claudia Sheinbaum Pardo, Alejandro Armenta Mier y a quien ese partido defina para pelear por la presidencia municipal de Puebla.
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Para no entorpecer las celebraciones por el día del amor y la amistad, para no romper con la cordialidad y el romanticismo que debe prevalecer el 14 de febrero en cada rincón de la ciudad de Puebla, los líderes del partido en el poder han decidido posponer el anuncio del candidato a alcalde para el próximo jueves.
En efecto, desde la dirigencia nacional le han dicho a los líderes locales que será el 15 de febrero cuando, ¡ahora sí!, se emitirá el resultado de la encuesta que revelará el perfil del ganador de la contienda interna.
Aquí en Puebla ya nadie les cree, porque han incumplido en reiteradas ocasiones, pero eso es lo que se dice.
Como explicación del retraso comentan que les ha llevado más tiempo del previsto hacer el ajuste de las listas nacionales de candidatos al senado y a la cámara de diputados, que además de buscar la inclusión de muchos de los perdedores tiene que cruzarse con la obligación para respetar la equidad de género.
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Iván Mercado estará de vuelta en el cuadrante radiofónico.
El comunicador se estrenará la próxima semana como conductor de noticias de Imagen Radio Puebla, en un espacio que se transmitirá de lunes a viernes, de 5:30 a 6:30 de la tarde, a través del 105.1 de Frecuencia Modulada.
La incorporación de Mercado a esa empresa de envergadura nacional no es, sin embargo, el primer proyecto periodístico que asume tras su retiro temporal, ocurrido a principios del año pasado.
El periodista publica desde hace algunos meses una columna semanal en El Sol de Puebla y en la recta final del año 2023 puso en marcha un medio propio, en internet, que se puede leer en la siguiente liga: www.libreexpresion.mx
Lo hará muy bien, como siempre.
