Tras la comparecencia del secretario Omar Álvarez Arronte quedó claro que el mayor reto en materia de infraestructura y movilidad durante este 2024 será la construcción de la Línea Metropolitana o Línea 4.
El gran desafío se debe al corto plazo en que se realizarán las obras y la magnitud de las mismas, amén de que la zona por donde se realizará el trazo es altamente transitada.
Precisamente por eso y para salir “bien librado”, el gobierno del estado va a requerir una coordinación interdisciplinaria entre las secretarías de Movilidad y Transporte, Infraestructura, Finanzas, Seguridad Pública, y la Dirección de Comunicación Social.
Todas estas áreas de gobierno deberán encontrar el engranaje perfecto, para que al igual que un reloj suizo, las obras puedan concluirse en el menor tiempo y con las menores afectaciones posibles.
Parece fácil, pero en la práctica es mucho más complejo, se requiere de un súper trabajo y de enlaces perfectamente capacitados. La ausencia o falla de cualquiera de ellas puede ocasionar un efecto dominó, que termine por estropear el trabajo de todas las demás.
Apuesta tecnológica
Históricamente en Puebla y en general en todo el país, las obras terminan convirtiéndose en un calvario para quienes por casualidad o por necesidad tienen que transitar por las zonas que se están interviniendo.
El caos comienza cuando no existe una estrategia de comunicación asertiva que le informe a los ciudadanos por dónde pasará el transporte público mientras se realizan los trabajos o a los conductores, cuáles son las vías alternas.
En contraste, otros países parecen haber encontrado la solución a este problema. Está comprobado que la comunicación en tiempo real, a través de aplicaciones o plataformas digitales, garantiza una solución integral.
Esperemos que este gobierno haga uso de la tecnología para evitarle a los conductores corajes entripados y a los usuarios de transporte público que tengan que esperar más de una hora las unidades del transporte público bajo los rayos del sol o las lluvias de junio.
Evidentemente las obras siempre generarán molestias, pero, insisto, ya existen experiencias exitosas en otros países que han logrado mantener informados a sus ciudadanos, a través de los dispositivos móviles.
Claro que también en este enorme reto se requerirá de la comprensión de quienes transiten por las zonas intervenidas, si bien por días parecerán caóticas, al concluirse serán oxígeno puro para la movilidad entre seis municipios conurbados.
Nadie pone en duda la necesidad de conectar y garantizar la movilidad a través de los 41 kilómetros que tendrá la Línea Metropolitana, sólo se pide que haya orden y coordinación.
La movilidad no depende exclusivamente de una secretaría, es como ya se dijo, multidisciplinaria.