El Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Puebla se juega mucho en la próxima elección que se avecina, es más, me atrevo a decir que lo que se va a definir es la viabilidad de este instituto político en la entidad o si termina convertido en un apéndice de Morena.
Un hecho fundamental es la designación de Alejandro Armenta Mier como el candidato de Morena a la gubernatura de Puebla, así como también los compromisos que las principales figuras del tricolor en la entidad, mantiene con personajes centrales del partido del presidente López y específicamente con el gobernador, Céspedes, para variar un expriista.
La semana pasada advertimos sobre el cisma que se aproximaba al interior del tricolor por la designación del personaje que iba a encabezar la fórmula al Senado de la República, de la cual fue desplazado el poderoso diputado local Jorge Estefan Chidiac, el vicegobernador de Puebla, por indicaciones del propio Alejandro “Amlito” Moreno.
La situación parecía beneficiar directamente a la diputada federal Blanca Alcalá Ruiz, priista que se ha mantenido leal a su partido y a “Alito” y de lo poco rescatable que aún queda dentro de las filas del PRI en Puebla, pero no fue así, por la aparición en el escenario del PSI y de su alianza con el bloque opositor, a cambio de entregar la primera posición de la fórmula al Senado a la legisladora Nadia Navarro, amiga personal de la candidata presidencial Xóchitl Gálvez e hija del líder de Pacto Social de Integración, Carlos Navarro.
La decisión, aunque no es definitiva, amenaza con dividir aún más al PRI, ya que la propia Blanca Alcalá analiza el hacer una huelga de “brazos caídos” o, de plano, abandonar las filas de este partido político, en caso de no ser tomada en cuenta para la senaduría.
A Blanca no le faltan razones, la última gran votación del PRI se registró en el ya lejano 2016, cuando en las urnas se midió en la elección a gobernador a Tony Gali, quien en ese entonces encabezó las huestes del panismo poblano. Alcalá perdió, pero obtuvo un total de 645 mil votos, algo que nadie ha vuelto a tener para el expartidazo.
Ironías de la vida, en ese 2016 el presidente estatal del PRI era Jorge Estefan, cada día más cerca de Morena, el coordinador de la campaña de Blanca fue Alejandro Armenta Mier, quien ahora es el candidato de Morena a la gubernatura y la abanderada a Casa Puebla fue Alcalá, quien cayó derrotada por Gali y el morenovallismo enquistado en el PAN.
Es así como, lentamente, el PRI se puede aproximar a su extinción en Puebla, mermado por Morena, por sus complicidades con el gobierno de Sergio Salomón, por Alejandro Armenta y por la falta de talento de su dirigente formal, Néstor Camarillo, un personaje bastante corto de visión y de peso político.
No sería nada raro que muchos de los aún priistas ahora se vayan a apoyar a Alejandro Armenta, algunos ya lo hacen no solo de facto, como los “Juanes”, Vega y Lastiri, cuyos hijos ya están incrustados en la estructura del ahora morenista, sino también ya de manera abierta, como se dice que lo harán la secretaria de Educación Pública y diputada local con licencia, Isabel Merlo, del grupo de Jorge Estefan, quien se dice se apresta de ser candidata por Morena, o el diputado local Enrique Rivera, quien se apresta para ser candidato también por este partido a presidente municipal de Chignahuapan.
El PRI se desmorona dramáticamente, Armenta lo ha comenzado a desgranar, algo que ya se advertía y que representa un grave riesgo para el candidato de la oposición, Eduardo Rivera Pérez, quien debe de ponerse a trabajar rápido para evitar que la desbandada del tricolor se extienda por todos los rincones del estado.
Era algo previsible y que se veía venir, la influencia del actual grupo dominante en Morena tras la designación de Alejandro Armenta como candidato y sus antecedentes como ex dirigente estatal del tricolor, así como de su principal aliado, el gobernador, Céspedes, otro expriista converso al morenovallismo y ahora al morenismo, quienes comienzan a devastar lo poco que aún queda del tricolor.
No es casualidad que Armenta y Céspedes converjan hoy, en 2015 todos trabajaron juntos en ese entonces dentro del PRI, para llevar a Alejandro a San Lázaro.
El equipo que hizo posible que Armenta ganara la elección a diputado federal del PRI por el Distrito 7 con cabecera en Tepeaca, estuvo encabezado por Silvia Tanús, coordinadora general de campaña; Sergio Salomón, diputado local por este distrito; Eduardo Castillo, actual líder del Congreso, en ese entonces secretario particular de Armenta, y Javier Aquino Limón, hoy secretario de Gobernación y en ese entonces enlace del PRI en la región.
Se registra Rivera
El candidato de la oposición a la gubernatura de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, se registró este fin de semana en los diferentes partidos políticos afines a su postulación, PAN, PRI, PRD y Pacto Social de Integración, para ser su abanderado en los próximos comicios.
Rivera se dijo listo para ir a la elección del 2024 abanderando esta coalición de fuerzas, que parte en desventaja frente el bloque oficialista que cuenta con la Presidencia de la República, 22 gubernaturas y un candidato sólido como lo es Armenta.
Sin embargo, si hay un personaje que le puede dar batalla al oficialismo, ese sin duda es Eduardo, cuya misión debe ser el contrastar gobiernos y despertar el voto ciudadano para poder tener un chance de ganar.
Cortés, Anaya y Ana Tere al Senado
Acción Nacional le mandó un pésimo mensaje a su militancia el pasado fin de semana, cuando se palomeó la lista de aspirantes al Senado de la República por el principio de representación proporcional.
De entrada, el dirigente nacional de este partido, Marko Cortés, se colocó en el primer lugar de la lista y también coló en el tercero a su amigo y jefe, Ricardo Anaya, “Ricky riquín, canallín, pillín”.
El mensaje es pésimo para la militancia, se traduce en yo me protejo, porque es casi seguro que vamos a perder. No hay otra.
Lo único bueno es que la poblana Ana Teresa Aranda fue colocada en el octavo lugar de aspirantes a la Cámara alta, lo que garantiza su llegada al Senado.
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Ilustración: Alejandro Medina