Quienes creyeron que con la culminación del proceso interno para elegir al coordinador de los Comités de la Cuarta Transformación en Puebla se terminarían las disputas y los abusos de algunos personajes, lamento decirles que estaban más que equivocados.
En este Montessori, en el que está convertido el partido en el poder, algunos personajes incrustados en la dirigencia estatal se han dedicado a pregonar su poder político y a utilizar su cargo para sacar diferentes tipos de beneficios.
Y aquí es en donde destaca la figura del presidente del Consejo Estatal de Morena y subsecretario de gobernación, Andrés Villegas Mendoza, quien –a decir de militantes que buscaron a este columnista– se ha dedicado a vender candidaturas a puestos de elección popular, principalmente diputaciones locales.
El relato de algunas de estas historias merece nuevos espacios. Serán imperdibles.
El modus operandi de Villegas se basa en la complicidad de algunas mujeres allegadas al defenestrado aspirante Julio Huerta Gómez, exsecretario de Gobernación y primo del extinto gobernador Luis Miguel Barbosa, quienes hacen la función de enlace entre los suspirantes a alguna candidatura con el directivo morenista.
Así como en el mercado, estas promotoras andan ofreciendo a nombre de Villegas las candidaturas al mejor postor.
Hay ofertas de todo y para todos, una auténtica barata. Pareciera que les ganó el espíritu del Buen Fin.
Así como usted lo lee.
Si los principios del movimiento son “no robar, no mentir y no traicionar”, tal parece que el subsecretario de Gobernación decidió pasárselos por el arco del triunfo: ¿Acaso querrá recuperar una parte de lo invertido en la millonaria campaña de Don Julio?
Bien dicen que en política la mejor manera de eludir los escándalos es simplemente no propiciarlos, pero el subsecretario hace todo lo contrario, un hecho que puede perjudicar la imagen de Morena en el estado, particularmente si las denuncias de los militantes pasan del terreno mediático al electoral.
Por último, debo decir que no es un error de mi parte el hecho de mencionar a Villegas como subsecretario, cuando la semana pasada se mencionó en diversos medios que había presentado su renuncia.
Pues resulta que hasta hoy, el señor sigue siendo funcionario, operador político y vendedor de ilusiones de la 4T.
¿Hasta cuándo presentará su renuncia?, o ¿pretenderá seguir trabajando en ambos lados?
Así las cosas y ante tanto descaro surgen las interrogantes:
¿Mantendrá la 4T estas prácticas de extorsión y subasta de candidaturas como en las peores épocas del tricolor?
Veremos y diremos.