Mientras en Morena enfrentan un sismo de magnitud escandalosa, en el Frente Amplio aglutinan sus fuerzas para tratar de llevar a buen puerto el ejercicio democrático de la encuesta en línea.
Marcelo Ebrard ha dicho que no dejará Morena para irse a Movimiento Ciudadano, sin embargo, los señalamientos sobre el visible uso y abuso de los programas del Bienestar para apuntalar las aspiraciones presidenciales de Claudia Sheinbaum ha generado una enorme grieta en las tierras morenistas.
La precampaña no oficial terminó por fracturar la “unión” –que nunca se alcanzó– tras las verdades que se soltaron durante los recorridos de las corcholatas por el país.
Las trampas para cederle a Claudia Sheinbaum y luego a Marcelo Ebrard sus lugares en la postulación de encuestadoras, tampoco abonaron a crear un proceso transparente.
A medida que se cierran las fechas para que Morena anuncie quién es el o la ganadora de las encuestas, los dos punteros y el resto de suspirantes están destrozando al partido desde el interior.
La semana pasada más de 80 diputados afines a Marcelo anunciaron que interpondrán denuncias penales y electorales por el presunto desvío de recursos públicos a favor de Sheinbaum.
Más allá de que la denuncia proceda o no, es claro que el excanciller cuenta con un respaldo lo suficientemente fuerte para resquebrajar el proyecto de sucesión que se imaginó el inquilino de Palacio Nacional.
Encuestas y cuentas chinas
En Morena el uso de las encuestas siempre ha sido opaco y obtuso. Una pequeña muestra es el “sondeo callejero” que se realizó ayer domingo en el zócalo de Puebla, en donde simpatizantes de Noroña hicieron el ejercicio en donde el ganador fue el propio Noroña.
De acuerdo con los números finales, el petista obtuvo 816 votos contra los 589 de Claudia Sheinbaum y los 484 de Marcelo Ebrard. Adán Augusto cerró con 130 votos.
¿Está claro que las encuestas son de quienes las pagan?
Y aunque la moneda continúa en el aire, lo cierto es que en caso de que el excanciller gane la candidatura para suceder a Andrés Manuel, en Puebla esta decisión beneficiaría a Alejandro Armenta; mientras que si López Obrador insiste en colocar a la ex jefa de Gobierno, por dedazo, el más beneficiado podría ser Julio Huerta y, claro, si Adán Augusto sorprendentemente dejara el tercer sitio y fuese el seleccionado, Nacho Mier podría sumar puntos de manera automática.
Efecto Xóchitl en Puebla
En el Frente Amplio también se presenta un fenómeno similar. Está claro que si los aliancistas permiten que Xóchitl gane, el ánimo de panistas como Eduardo Rivera y la intención de voto se elevará; por el contrario, si se empeñan en que su candidata sea la priista Beatriz Paredes, difícilmente sumarán energía a los candidatos locales en 2024.
Anoche cerró el registro para militantes y ciudadanos que buscan participar el próximo 3 de septiembre en la selección electrónica del candidato o candidata del Frente.
¿Dejarán que sean realmente los ciudadanos quienes decidan o una vez más los intereses partidistas se impondrán al bien común?
Veremos y diremos.