En unos días más, el Centro de Internamiento Especializado para Adolescentes (CIEPA), que por más de dos años ha funcionado como hospital COVID-19 para las personas privadas de la libertad, alojará a reos mayores de 60 años y discapacitados, mientras concluyen los trabajos de rehabilitación y ampliación en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de San Miguel, afirmó el gobernador del estado de Puebla, Miguel Barbosa Huerta.
El mandatario estatal precisó que están por regresar a los jóvenes infractores al CIEPA, quienes en esta pandemia de coronavirus han permanecido en un área adjunta al penal de San Miguel con la finalidad de mantener en confinamiento y otorgar la atención médica a los presos que resultaban positivos al coronavirus.
Barbosa Huerta dijo que están por finalizar el proyecto para regresar a los menores infractores al Centro de Internamiento Especializado para Adolescentes, debido a que han sido mínimos los contagios de COVID-19 que se han presentado entre las personas privadas de la libertad.
Aunado a ello, detalló que surgió la idea de trasladar en forma temporal a los reclusos que no representan riesgo, como es el caso de personas adultas mayores y discapacitados a este centro de internamiento, mientras se realizan y concluyen los trabajos en el penal de San Miguel, donde se tiene previsto aumentar los dormitorios y otros áreas, ya que actualmente existe sobrepoblación.
