Los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora fueron sepultados en el atrio del templo de San Francisco, en la comunidad de Cerocahui, en Urique, Chihuahua, donde fueron asesinados el pasado 20 de junio.
La inhumación de los cuerpos tuvo lugar poco después de las dos de la tarde, después de haber sido velados durante más de doce horas por miembros de la comunidad y representantes religiosos; también estuvo presente la gobernadora Maru Campos Galván.
Pobladores de Cerocahui, e incluso miembros de los cuerpos de seguridad, participaron en la excavación de las fosas mientras Javier Campos y Joaquín Mora, quienes sirvieron durante décadas en esa comunidad de la Sierra Tarahumara, eran velados.
Tres arteros asesinatos
Los sacerdotes Javier Campos y Joaquín Mora fueron asesinados el pasado 20 de junio, en el interior del templo de San Francisco, cuando intentaban auxiliar al guía de turistas Pedro Palma, quien también fue asesinado.
El triple homicidio se atribuye a José N. alias El Chueco, un líder criminal que controla la zona y que, supuestamente, tenía privado de la libertad a Palma pero este logró escapar y fue perseguido hasta el templo donde ocurrieron los hechos.
Los autores del crimen se llevaron los cuerpos —aunque fueron encontrados días después— y desde el pasado 21 de junio, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Guardia Nacional, Seguridad Pública y Fiscalía General del Estado, resguardan la comunidad para garantizar la integridad de los pobladores y buscar al presunto responsable.