Las campañas de la mayoría de los candidatos y candidatas de Morena al Congreso local y a San Lázaro son como las almas, “todos saben que existen, pero nadie las ha visto”, como reza el dicho popular.
Suponer que los abanderados a las 26 diputaciones locales de mayoría relativa están, efectivamente, realizando algún tipo de trabajo para ganarse el voto de los poblanos, es un acto de fe.
Igual con los y las 15 federales.
Porque no hay realmente evidencia de su “trabajo”.
Incluso, en el gravísimo caso de la sustitución de Saúl Huerta -acusado de violación agravada y en proceso de desafuero-, en el Distrito 11 Federal, aún no sabemos a ciencia cierta si ya fue formalmente relevado ante el Instituto Nacional Electoral (INE).
Ese es un tema que se cocina aparte, pero que deja constancia del caos que viven Morena y sus aliados.
No podemos generalizar, pero ha habido muy elocuentes ausencias en este periodo de proselitismo 2021.
La mayoría hace campañas fantasmas, en el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y su aliado el Partido del Trabajo (PT), en el caso local.
En el federal se suma el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Aunque también hay ejemplos en otros institutos.
No hay campañas de aire, como se denomina a las que se hacen en medios de comunicación y las “benditas” redes sociales.
Tampoco hay mucho en tierra que se pueda presumir.
Muchas cosas les ocurren a los célebres desconocidos de Morena-PT.
Hay un cierto desconcierto por sus problemas internos de postulación.
Ya mencionamos al llamado “depredador de Totimehuacan”.
Pero hay otros casos: las autoridades electorales recién echaron abajo dos candidaturas locales.
Tuvieron que sustituirse dos abanderados, por dos abanderadas, por incumplir con la paridad de género.
Hasta en eso fallaron los dirigentes.
La ley exige pa-ri-dad.
Es decir, hacia el Congreso local, debían ser 13 candidatos y 13 candidatas de mayoría.
Una suma elemental que no supieron hacer.
Por ello, el Instituto Electoral del Estado (IEE) bajó de los distritos locales 10 y 11 a Iván Camacho y Emilio Maurer, respectivamente.
Entraron al relevo Nora Merino Escamilla y Lizeth Mejorada Barrios, también respectivamente.
Una identificada con el barbosismo y la otra con el equipo de Claudia Rivera Vivanco.
Apenas ellas van arrancando.
¿Pero qué pasa con los y las otras y otros 24 locales y 15 federales?
Pues muchos de ellos y ellas, la mayoría, han dado muestra de que confían demasiado en la marca Morena.
Pero aquellos que no hacen nada, olvidan que Andrés Manuel López Obrador no está en la boleta.
Otros, simplemente no saben hacer campañas.
Unos más son soberbios y no quieren gastar suela ni dinero, que además no es suyo, porque viene de las prerrogativas.
Pero hoy las cosas son distintas de 2018.
No basta la evocación al caudillo.
Tal vez ni eso son capaces de entender.
Muchos van a llevarse una gran sorpresa el próximo 6 de junio.
