Rodrigo Abdala Dartigues se ha convertido en un auténtico lastre para la mal llamada “cuarta transformación” que encabeza el presidente López.
El sobrino político del director de la CFE, Manuel Bartlett Díaz, al parecer quiere emular a su tío, pues se ha dedicado hacer negocios al interior de la dependencia que se encarga de hacer entrega de los apoyos sociales del gobierno federal.
Abdala recientemente obligó al personal de esta dependencia a adquirir a través de uno de sus amigos unos chalecos; los cuales, se los vendió a 250 pesos a cada uno de los empleados de esta dependencia, entre los que se encontraban los que laboraron en la vacunación en san Andrés Cholula.
También se dice, vendió los lugares que ocupó mucha gente con recursos económicos, para evitar las largas filas para poderse vacunar en este lugar, lo cual, de ser cierto, resultó un negocio redondo para los miles de personas que acudieron durante dos días a este lugar.
Pero Abdala también ahora debuta como explotador laboral, pues hace trabajar a los empleados de 8 de la mañana a 8 de la noche y los envía durante una semana a Tehuacán, con solo 300 pesos de viáticos, para desayunar, comer y cenar, así como para pagar el alojamiento, al estilo Bartola.
Por si fuera poco, Rodrigo Abdala quiere debutar en esta elección como “mapache electoral”, cosa que no hace nada bien, tan es así que, en el 2019, lo cacharon e incluso acusaron de operar a favor de Bertha Luján, en la interna de Morena en contra de Mario Delgado.
De igual forma, el pasado 30 de diciembre de ese mismo año, Abdala junto con otros 14 delegados del país, fueron sancionados por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por hacer uso electoral de los programas sociales a favor del presidente López.
En resumen, hasta para “mapachear” es tonto nuestro personaje, ya que no cumplió con su obligación de aplicar con imparcialidad los recursos públicos, lo cual debería de haber bastado para que la “supuesta honestidad” valiente saliera a flote y hubiera presentado su renuncia, cosa que el junior jamás va hacer.
En fin, Rodrigo Abdala es un verdadero lastre para la 4T y es el mejor ejemplo de que la ineficiencia es también corrupción y más cuando se ve reflejada en perjuicio de la gente. Ni hablar.
Los chalecos
La denuncia contra Abdala
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Zacatlán, sumido en la inseguridad. Un verdadero fracaso ha resultado la administración del presidente municipal de Zacatlán, José Luis Márquez Lecona, cuyo director de la policía, Carlos Cárdenas Ramírez, fue detenido por la Fiscalía General del Estado, acusado de ser cómplice de la fuga de un secuestrador, el cual fue rescatado a sangre y fuego del hospital general de este lugar, por sus cómplices.
Cárdenas Ramírez había sido director de la policía estatal al inicio de la presente administración y fue relevado de su cargo, por no hacer bien su trabajo en dos linchamientos ocurrido en el 2019.
También fungió como secretario de seguridad y la ineficiente alcaldesa de san Martín Texmelucán, Norma Layón, dentro de la fallida administración que encabeza esta mujer.
Pero Cárdenas tenía ya de por sí, negros antecedentes, desde que fungió como secretario de Seguridad Pública, en la administración de la ex presidenta, Blanca Alcalá.
Y es que Cárdenas es miembro de la “Hermandad”, ese grupo policiaco tipo sindicato, muy parecido al de la película “Sospecha Mortal”, en donde se protegen entre ellos, fundado por el prófugo de la justicia y ex director de la Policía Judicial de Puebla, Adolfo Karam Beltrán.
Tan solo estos antecedes hubieran bastado para que Cárdenas no fuera contratado como encargado de la seguridad pública en Zacatlán, pero al perecer le pasaron de noche al presidente municipal, Luis Márquez Lecona y a quien de verdad gobierna el municipio, que no es otro que su hijo, el ya tristemente célebre, zar de Zacatlán, Arturo Márquez.
Zacatlán se encuentra hundido en la inseguridad que prevalece en la región y ante un gobierno ineficiente, el cual arrancó en la medianía, pero ahora, cierra de manera completamente anárquica.