Ni duda cabe que Morena va a vivir un choque de trenes en diciembre de este año, cuando se conozca a quien será el candidato a la gubernatura por parte de este partido político.
Aunque algún encuestador a modo repite como “lorito” lo que sus clientes quieren oír, es un hecho que Morena se encamina a una ruptura la cual tendrá fuertes consecuencias en la elección que se celebrará en el 2024.
Existen todos los indicios de que el partido oficial va a un choque frontal de estructuras, en el que quizás las cúpulas arriba se puedan poner de acuerdo, pero abajo, será muy difícil que la gente pueda quedar contenta o satisfecha, el ver que perdió su “gallo”.
¿Qué decirle o cómo explicarle a la gente de Alejandro Armenta Mier, que perdió la encuesta, luego de que encabezó las mismas desde hace tres años?
¿Cómo explicarle a la gente de Julio Huerta que finalmente las 15 mil personas que apoyaron a Claudia Sheinbaum durante su más reciente visita a Puebla no fueron suficientes para amarrar la gubernatura?
¿O cómo explicarle a Nacho Mier y a su gente que finalmente, las pinches señales y la cargada empresarial, no sirvieron para nada?
Y me refiero específicamente a estos tres personajes, porque me queda claro que son los tres que traen y tienen una estructura propia, el resto, como Olivia Salomón o Claudia Rivera, requieren del apoyo de la federación y del estado, mientras que Rodrigo Abdala si tiene estructura, pero a él no lo veo revelándose, sea cual sea el resultado de la elección a gobernador.
Reitero, me queda claro, en la cúpula se puede llegar a acuerdos, pero abajo con la gente no.
Incluso, me cuesta trabajo creer que puedan llegar unidos en Morena la elección del 2024, no veo a Nacho Mier, cediendo su estructura para trabajar a favor de Olivia Salomón o de Claudia Rivera, en el caso de que el tema de género terminase inclinando la balanza a favor de una de ellas.
Mucho menos veo a Nacho y a su gente sumándose a favor de Alejandro Armenta y levantando la mano en caso de que el oriundo de Acatzingo se convirtiera en el candidato de Morena a la gubernatura.
Pero tampoco veo a Julio Huerta sumándose a favor de Nacho Mier en caso de que el nacido en Tecamachalco sea el candidato, con todo lo que representa el peso del personaje que abandera a lo que aún queda del barbosismo, primo del ex gobernador.
Mucho menos veo a Alejandro Armenta levantándole la mano a su primo, con quien existen ya incluso agravios de tipo personal e intercambio de denuncias ante la Fiscalía General de la República y la Unidad de Inteligencia Financiera.
Es decir, casi por donde se le vea, Morena irá como ya lo sentencie desde hace tiempo a un choque de trenes frontal, en donde los egos de cada uno de los contendientes, difícilmente van a dejar lugar a un acuerdo a negociación y menos ahora, que cada uno de ellos, disminuye la fuerza y el apoyo que pueden representar.
Realmente se ve complicado el poder sumar a todos los grupos de Morena en torno a algún personaje y más si se toma en cuenta que entre más se prolonga la elección interna, más y más se siguen desgastando entre estos tres personajes.
Lo cierto es que la oposición con todo y sus problemas, puede llegar a capitalizar esta situación, en donde el fantasma de la división interna si es una verdadera amenaza para Morena en el 2024 y en donde el panorama se les pudiera complicar de más, en caso de que uno de estos tres personajes decida jugar por otro partido político, el cual pudiera ser Movimiento Ciudadano.
Principalmente si este personaje es un Alejandro Armenta Mier, quien le puede dar un fuerte dolor de cabeza a cualquiera que pudiera ser el candidato de Morena a la gubernatura.
Las más recientes encuestas marcan que por bloque, Morena y sus aliados pudieran tener una ventaja de 10 puntos sobre el Frente Amplio por Puebla, pero esto fue antes de que Xóchitl Gálvez irrumpiera en el mapa político del país.
La soberbia es un grave pecado y hoy al parecer es lo que más priva en Morena, en donde hace falta que cada uno de estos tres contendientes, le hagan caso al ex gobernador Melquiades Morales Flores y de plano, se pongan una bolsa de hielos en la cabeza.
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