Una vez que ha concluido el proceso electoral es importante mencionar que hay tres importantes personajes a seguir rumbo al 2024, los cuales tienen más cosas en común de lo que parece.
Por ejemplo, muy pocos saben que el panista, Eduardo Rivera Pérez, el ganador de la pasada contienda electoral, es amigo del senador de Morena, Alejandro Armenta Mier, quien en el 2018, sirvió como puente entre virtual presidente municipal de Puebla capital y Miguel Barbosa, quien a la sazón buscaba la gubernatura de Puebla, en contra de Martha Erika Alonso. La historia es la siguiente.
Eduardo Rivera había sido presidente municipal de Puebla del 2011 al 2014 y nunca tuvo una muy buena relación con el entonces gobernador, Rafael Moreno Valle.
A inicios del 2018, Rafael trataba de imponer como candidata del PAN a la gubernatura de Puebla, a su esposa Martha Erika Alonso, fue entonces cuando Eduardo Rivera, levantó la mano también para buscar esa misma posición, poniendo en riesgo la unidad al interior del albiazul.
Sabedor de los problemas entre Rafael y Eduardo, Alejandro Armenta comenzó a buscar al panista, para tratar de convencerlo de abandonar las filas de Acción Nacional e incorporarse a Morena.
Armenta contaba con el visto bueno, del ya entonces candidato a la gubernatura por Morena, Miguel Barbosa, quien conocía también a Lalo, ya que habían sido diputados federales en la LVIII legislatura en san Lázaro (2000 al 2003) en donde hicieron amistad.
El hoy senador de Morena sentó a inicios del 2018 a Eduardo Rivera y a Miguel Barbosa, en el restaurante del empresario Alfredo Rivera, para platicar y el hoy gobernador le ofreció al panista, la candidatura de Morena a la presidencia municipal de Puebla, misma que Lalo rechazó, por no romper con Acción Nacional.
El resto de la historia ya es de todos conocidos, Moreno Valle terminó por entregar la candidatura a Eduardo, quien mantuvo contacto durante la campaña con Armenta y Barbosa; en tanto, Rafael se alió con Claudia Rivera, a través del entonces gobernador, Antonio Gali y traicionó a Lalo, quien perdió la elección a la alcaldía.
Más adelante, luego de la muerte de Martha Erika Alonso, Armenta y Barbosa entraron en conflicto por la disputa de la candidatura de Morena a la gubernatura en la elección extraordinaria del 2019 y desde entonces su relación ha sido de altibajos.
Ahora, nuevamente el destino los vuelve a poner en la misma ruta, la del 2024, ya que tanto Armenta como Eduardo Rivera, aspiran en suceder a Miguel Barbosa en la gubernatura de Puebla.
Alejandro va a tener que librar una cerrada batalla al interior de su partido, para convertirse en el candidato de Morena, dentro de tres años, ya que no va a ser nada fácil hacerse de la candidatura, misma a la que también aspira su primo, el diputado federal, Ignacio Mier, el cual ya colocó a sus hijos en posiciones como la legislatura local (Daniela) y en la presidencia municipal de Tecamachalco (Nachito).
Por su parte, Eduardo Rivera Pérez, tiene tres años por delante sumamente importantes y por demás complicados.
Rivera tiene prácticamente en las manos la candidatura de Acción Nacional a la gubernatura para el 2024, ya que no existe en el camino ningún aspirante del tamaño para disputarle la postulación, aunque primero deberá de renovar a su partido, crear una estructura real en todo el estado y mantener las alianzas necesarias para poder disputar mano o menos en igualdad de condiciones la gubernatura.
En el año 2006, Eduardo Rivera Pérez era el presidente del Comité Directivo Estatal del PAN, cuando estalló el escándalo del Lydiagate, en contra del gobernador, Mario Marín Torres.
Rivera acompañó al en ese entonces líder nacional del PAN, Manuel Espino Barrientos, a la reunión con el entonces gobernador Marín, celebrada en san Pedro Cholula, a instancias del entonces secretario de Gobernación federal, Carlos Abascal Carranza (Monseñor Abascal), para negociar con nacido en Nativitas Cuatempan, el apoyo de su administración a favor del entonces candidato de Acción Nacional a la presidencia de la República, Felipe Calderón.
Al encuentro asistió el también en ese entonces secretario de Gobernación de Puebla, Javier López Zavala, con quien Lalo tenía una muy buena amistad, misma que se ha mantenido hasta la fecha. Zavala presentó a Eduardo con Alejandro Armenta y el resto también ya es historia.
Falta mucho tiempo para el 2024, tiempo suficiente también para que el gobernador Barbosa mida a estos personajes y a otros que seguramente serán parte más delante de su sucesión, de la cual, sin duda, tanto Eduardo como Alejandro serán actores principales.
Twitter: riva_leo