Aunque la disputa por la alcaldía de Tehuacán –la segunda ciudad más importante del estado– se ha cerrado entre el PRI y Morena, quien avanza sin mayores complicaciones y ventaja para ganar la contienda es el priista Álvaro Alatriste Hidalgo, quien tiene su favor un elemento clave: es el único que no enfrenta una disidencia o cuestionamiento interno de la fuerza política que lo postuló, que en el caso de sus rivales ha sido un fuerte factor de debilitamiento.
Y no necesariamente quiere decir que el PRI vaya a la cabeza, sino todo obedece al fenómeno de Álvaro Alatriste, quien es un personaje peculiar, que va por su tercera contienda, de las cuales ya ha ganado dos.
Es cuestionado y hasta odiado por importantes sectores de la clase media alta de Tehuacán y en contraparte, es muy apreciado y se le considera un fuerte líder político entre los sectores populares de la población.
A Alatriste, que ya fue edil de Tehuacán en el sexenio de Melquiades Morales Flores, no le gusta otorgar entrevista o exhibirse en medios de comunicación o redes sociales, pero la prensa es a quien más atención le otorga.
Por si fuera poco, tiene el mérito de haber derrotado en dos ocasiones en la Suprema Corte de Justicia de la Nación al extinto Rafael Moreno Valle Rosas, cuando éste era gobernador de Puebla y Ernestina Fernández, la esposa de Alatriste, era la edil de Tehuacán.
Moreno Valle nunca le perdonó a Álvaro Alatriste que no le aportara fondos económicos a la campaña electoral del panista en 2010, siendo esa la razón por la cual en 2013 el entonces gobernador movió todos los medios a su alcance para conseguir que al priista lo despojaran de la candidatura del PRI a la alcaldía de Tehuacán, la cual al final acabó recayendo en Ernestina Fernández, lo que se interpretó como una derrota política al morenovallismo.
En el actual proceso electoral, la disputa de la alcaldía de Tehuacán se ha centrado en tres candidatos: Jacobo Aguilar del PAN, quien iba a la cabeza al arranque de la contienda; Pedro Tepole Hernández, de la alianza Morena y PT; y Álvaro Alatriste del PRI.
Aguilar logró su nominación, en mucho, por la estrecha relación que tiene con Marko Cortés, el presidente nacional del PAN. Sin embargo, importantes sectores locales del albiazul lo han rechazado, por no ser un “panista puro”, luego de que anteriormente participó en las filas del PRI y del PRD.
René López Cárdenas, quien fue el candidato del PAN hace tres años, creó una disidencia al interior del blanquiazul y se llevó a importantes cuadros panistas al PSI, fuerza política que le otorgó la postulación como aspirante a edil.
Pedro Tepole Hernández en 2018 fue candidato del PVEM y su campaña se enfocó en apoyar a la entonces aspirante panista a la gubernatura Martha Erika Alonso Hidalgo, además de dedicarse a atacar a Morena. Por eso ahora se le ha incluido en la lista de incongruencias del Partido de Regeneración Nacional que postuló a personajes que antes sirvieron a los intereses del morenovallismo.
La nominación de Tepole fue impugnada en Morena, en mucho por el agravio de los morenistas de que no se les permitió participar en la selección del candidato, que al final lo designó el Partido del Trabajo (PT).
Y en el PT, también impugnaron la nominación de Tepole, quien es considerado uno de los principales destructores de los bosques de la Sierra Negra.
Tepole está enfrentando dos disidencias dentro de Morena:
La primera es la que generó el regidor Alejandro Villarreal Hernández, quien se convirtió en el candidato a el de Movimiento Ciudadano, como reacción al agravio por la imposición de Tepole en Morena.
La segunda es la que han generado maestros y activistas que simpatizan o militan en Morena que están llamando a votar por un candidato independiente, no registrado, que es Ramiro Arciga Martínez, quien es uno de los líderes del Consejo Magisterial Poblano.
Este martes cerraron filas con Tepole un par de dirigentes de concesionarios del transporte público, Rodolfo Montalvo Urez y Pedro López Almaraz, que sin duda es un importante respaldo, pero no le quita la animadversión que hay hacia su contra en las dos fuerzas políticas que lo postularon como candidato.
Si algo caracterizan a Pedro Tepole y Álvaro Alatriste, es que los dos están desarrollando una campaña bajo la idea de que: primero los pobres, que es un concepto muy exitoso de la 4T.
Solo que Alatriste hace una campaña sin enfrentar alguna quinta columna dentro del PRI. Al revés, los priistas lo ven como la esperanza de regresar al poder, luego de que el antipriismo se encuentra en los niveles más altos.
Otra ventaja de Álvaro Alatriste es que su discurso, identidad y acercamiento con los sectores más populares de Tehuacán no nació en el actual proceso electoral, sino data desde la campaña electoral de 2001, con la que ganó la alcaldía la primera vez. Y volvió a utilizar esa estrategia en la contienda de 2013, en la que triunfó por medio de la figura de su esposa.