Dicen los que saben que Puebla no se queda atrás en la contienda judicial del próximo 1 de junio. Y hoy, desde este espacio, les presento a mujeres y hombres que, desde mi perspectiva, combinan trayectoria, compromiso y una visión transformadora del Derecho.
En la boleta rosa, enfocada en justicia administrativa y civil, destaca la abogada Karen Flores Ordoñez (casilla 06), una profesional que no solo conoce los engranajes de la justicia administrativa, sino que apuesta por modernizarla desde adentro. Su candidatura a magistrada de circuito en materia administrativa representa una propuesta seria, técnica y con visión de futuro.
Junto a ella, Daniel Flores Garrido (casilla 20) busca desde la magistratura civil poner rostro humano a una justicia que, muchas veces, ha olvidado su vocación de servicio. Su candidatura a magistrado en materia civil representa un esfuerzo por hacer más accesible y eficaz el sistema.
En la boleta amarilla, Puebla también alza la voz.
La candidata Aurora Lomelí (casilla 12), con principios sólidos y una trayectoria intachable, se postula como jueza de distrito en materia laboral, bajo una consigna clara: “servir con vocación, vivir con justicia”.
En materia penal, Daisyy Oclica (casilla 13) apuesta por una justicia con perspectiva de género, tan urgente como necesaria, al competir como jueza de distrito en materia penal. Le acompaña Lidia Antonio Sánchez (casilla 01), quien no se anda con rodeos y propone un sistema penal “sin privilegios”, directo, firme y con enfoque social.
Por su parte, Gerardo Martínez García (casilla 23) busca ser juez de distrito en materia de amparo civil, administrativa y de trabajo, con un perfil que combina técnica jurídica con sensibilidad social. Un equilibrio poco común, pero necesario.
Y en la cumbre de las aspiraciones judiciales, aparece Arely Reyes Terán (casilla 25). Con más de 40 años de servicio público, múltiples premios nacionales y el carácter que exige la toga, es la única poblana que busca llegar a la Suprema Corte. Su candidatura no solo rompe los techos de cristal, sino que también envía un mensaje potente: la justicia también necesita liderazgo con historia.
Estas candidaturas no son producto del azar.
Son el resultado de años de carrera judicial, de compromiso con la legalidad y de una convicción profunda.
Dicen los que saben que Puebla ya está en la boleta. Y este 1 de junio, la justicia puede tener acento y rostro poblano. ¿O no?
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