Una vez que se definió la candidatura de Morena a la gubernatura de Puebla, vale la pena hacer un recuento de los grandes perdedores de la jornada, luego de que se definieron los candidatos a las nueve gubernaturas que estarán en juego el próximo año.
En Puebla y a nivel nacional hay sin duda un gran perdedor y se llama Adán Augusto López, quien en algún momento llegó a ser el segundo hombre más poderoso de México, amparado en la amistad que desde muy joven mantenía con el presidente López.
El tabasqueño operó todos los temas que tenía que operar, desde que llegó a Gobernación en sustitución de Olga Sánchez Cordero, se dijo incluso que ahora sí, había secretario de Gobernación en Bucareli.
Adán se convirtió en el operador político por excelencia del presidente y su poder era tal que operaba lo mismo en la Cámara de Diputados, con uno de sus damnificados, el poblano Nacho Mier, que en la de senadores, con Ricardo Monreal.
De golpe y porrazo, el tabasqueño se incrustó en la lucha por la candidatura de Morena a la Presidencia de la República, aun a sabiendas de que la gran favorita era la entonces jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum.
Algo pasó en ese lapso entre la campaña interna de los candidatos morenistas a la silla del águila, que terminó por distanciar a Adán Augusto, de quien antes era como su “hermano”.
De un plumazo, al parecer, cayó de los afectos de quien fuera su amigo de juventud y a quien en muchos momentos apoyó económicamente, pues el presidente no solo lo dejo sin nada luego de la interna morenista, sino que también, le arrebató el control político de Tabasco y Chiapas, en donde Adán tenía dos de sus bastiones.
Pero no solo eso, sino que López Obrador le entregó el control político de ambas entidades a los enemigos políticos de Adán, Javier May en Tabasco y al “Güero” Velasco en Chiapas, a través de su candidato, el senador con licencia, Eduardo Ramírez.
Otro punto en donde también perdió Adán fue en Puebla, en donde su amigo, Nacho Mier, fue sacrificado por López, siendo que el entonces secretario de Gobernación, le había prometido a Ignacio, que “haría todo lo posible por hacerlo gobernador”.
¿Qué pasó? ¿Qué fracturó la añeja amistad entre Andrés Manuel y Adán? ¿Por qué ese trato a quien llamaba su hermano? Nadie a ciencia cierta lo sabe.
Cabe señalar que, Adán Augusto perdió dos veces en Puebla y las dos ante el gobernador Sergio Salomón, la primera, cuando no pudo imponer como gobernador sustituto a Fernando Manzanilla y la segunda, ahora que tampoco pudo ayudar a Nacho, quien fue víctima de una traición de dimensiones pocas veces vista, solo igualado con lo que Marín le hizo en su momento a Javier López Zavala y que, vaya ironías de la vida, fue atestiguado por Alejandro Armenta, entonces presidente estatal del PRI.
Otro de los grandes perdedores en Puebla fue el exgobernador Manuel Bartlett Díaz, quien tenía dos piezas para la sucesión poblana y ninguno de sus afines logró hacerse de la candidatura.
Ni Nacho Mier, ni Rodrigo Abdala, sus dos alfiles políticos, pudieron obtener la nominación, siendo que tenían el apoyo del director general de Comisión Federal de Electricidad, dicho por ambos personajes, quienes presumían la cercanía con el exgobernador de Puebla.
Por eso, llamó poderosamente la atención la reunión que hace algunos días, recién obtenida la candidatura de Morena por parte de Alejandro Armenta, realizó el ya ungido candidato del partido oficialista a las oficinas de Bartlett en la Ciudad de México. ¿De qué hablaron ambos personajes?
Bartlett es otro damnificado más, porque la derrota de Nacho y Abdala, pone prácticamente fin al grupo político del exmandatario.
Finalmente, otro de los grandes derrotados es Fernando Manzanilla, cuyo mito de gran operador llegó a su ocaso, luego de que Nacho Mier quedara en el segundo lugar de las encuestas.
Ya desde antes de la derrota, Manzanilla ya acumulaba una serie de desencuentros con el grupo más cercano a Ignacio, quienes lo acusaban a él y a su operador, Paco Ramos, de solo simular en la conformación de los comités de apoyo a favor de Nacho, inflando cifras y padrones, los cuales no eran reales.
Estos son tres de los más grandes damnificados por el triunfo de Alejandro Armenta en Puebla. La vida es una tómbola de luz y de color.
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Ilustración: Alejandro Medina
