La elección de la empresa que va a sanear el relleno sanitario de Tehuacán, el cual ya terminó su vida útil y generó una severa contaminación en la comunidad de Santa María Coapan, lejos de verse como la solución a un problema urgente de resolver, prende por enésima vez “los focos rojos” en el Ayuntamiento de esta ciudad, ya que suman –por lo menos– tres licitaciones importantes que están bajo la sospecha de actos de corrupción, de opacidad financiera y de anomalías en la designación de las compañías encargadas de prestar servicios o venderle bienes a la Comuna.
Sin duda alguna, las licitaciones se han convertido en el “talón de Aquiles” del alcalde morenista de Tehuacán, Pedro Tepole Hernández, ya que casi siempre que concursa algún proyecto aparecen graves inconsistencias, que ya provocó que en un caso el asunto esté en el ámbito de una investigación ministerial.
Parece que Tepole no ha tenido la madurez para verse reflejado en el espejo de su antecesor Felipe Patjane Martínez, quien está a tres meses de cumplir cuatro años en la cárcel por sentirse dueño del gobierno municipal de Tehuacán y no querer rendir cuentas a nadie, ni al Cabildo ni a la Auditoría Superior del Estado.
Ahora algo muy similar está pasando con Tepole, que ya enfrenta graves cuestionamientos con las licitaciones de compra de patrullas, con la selección de la empresa encargada del tratamiento y disposición de los residuos de Tehuacán y, ahora, con la compañía que se hará cargo del saneamiento de la zona del relleno sanitario.
Opacidad total
El relleno sanitario de Tehuacán llegó a su fin porque los pobladores de la junta auxiliar Santa María Coapan ya estaban cansados de la contaminación que provocó ese lugar, que dejó de funcionar como un receptor controlado de desechos y se convirtió en un vil tiradero a cielo abierto.
Para evitar que al Ayuntamiento de Tehuacán le apliquen siete multas –de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente– por 14 millones de pesos a causa del abandono del relleno sanitario, desde hace más de tres años, se seleccionó hace unos días a una compañía que se hará cargo del saneamiento del área afectada.
Se trata de la compañía Caminos, Acarreos, Proyectos y Materiales de la Sierra, a la que se le va a pagar 16 millones de pesos por sanear el relleno sanitario.
El día que se dio a conocer el fallo del concurso, el edil Pedro Tepole se ufanó de que se había escogido a una empresa experta en temas medioambientales.
Y resulta que eso es mentira. De acuerdo con la información disponible, esa empresa nunca ha tenido un contrato relacionado con el manejo de rellenos sanitarios. Ni mucho menos en atender problemas de contaminación.
Su única experiencia es haber ganado licitaciones para realizar trabajos de pavimentación y construcciones a los ayuntamientos de Coyotepec, en la Mixteca poblana, y de Olintla, en la Sierra Norte.
Lo más sospechoso es que la firma en cuestión no había participado de una licitación desde el año 2020. Es decir, no ha estado muy activa en el último trienio como para encargarle una labor titánica de limpiar una enorme extensión contaminada por miles de toneladas de residuos de todo tipo.
El primer caso grave de una licitación ocurrió en torno al problema público más sentido en Tehuacán, que es el de la seguridad pública.
Cuando Tepole llegó al cargo lo primero que expuso fue que era inoperante el parque vehicular de la Policía Municipal. La mayoría de los vehículos estaba en mal estado, descompuestos o siniestrados. No había patrullas para vigilar la cabecera municipal y las juntas auxiliares.
Lo que parecía como un avance en la solución de este problema, que fue la compra de 15 patrullas modelo pick-up y 30 motocicletas, se acabó convirtiendo en un escándalo en el gobierno local que, para comprar esos vehículos, erogó más de 24 millones de pesos.
Los meses pasaban y no se percibía la preocupación del gobierno de la ciudad de que se había incumplido con la entrega de todos los vehículos-patrulla que se habían adquirido. Tanta fue la presión mediática, que el Ayuntamiento se vio en la necesidad de rescindir el contrato.
La empresa que vendió los automotores es Saysaleo Comercializadora. El Comité de Adquisiciones del Ayuntamiento se sostuvo que se había elegido la mejor propuesta económica de tres compañías que habían competido.
Después se supo que no hubo competencia alguna. Las otras dos empresas que se presentaron al concurso fueron descalificadas porque una de ellas no presentó su propuesta económica del precio de las patrullas, y la otra firma no exhibió su documentación completa y por eso se le excluyó del proceso de licitación.
El mayor escándalo surge porque se descubre que Saysaleo Comercializadora no es una compañía dedicada a la venta de automotores ni, mucho menos, de vehículos equipados para labores de seguridad pública.
La poca información de la firma involucrada apunta que solo tenía dos años de actividad económica, al momento de ganar la licitación.
Y en realidad, el rubro al que se dedica Saysaleo Comercializadora –según su página oficial– es a la fabricación de equipos eléctricos. Aunque en realidad se sabe que vende artículos de seguridad industrial, como botas, cascos, lentes, arneses, tapones para los oídos. Y al Ayuntamiento de Atlixco le quiso vender cartuchos de tinta para impresoras. Es decir, no tiene nada que ver con el tema de patrullas.
Por esa razón el proceso de licitación de las patrullas está bajo investigación de la Fiscalía Anticorrupción.
Un segundo problema sentido de la población de Tehuacán ha sido el colapso del sistema de recolección de basura, sobre todo porque se le quitó el contrato a la empresa Olimpia, que antes prestaba el servicio con cierta eficiencia y al cancelarle de manera arbitraria la concesión, el Ayuntamiento está obligado a pagarle a la compañía unos 220 millones de pesos en indemnización.
Esa fuerte suma de dinero está comprometida luego de que el gobierno local perdió –en abril pasado– un juicio de amparo para intentar no cubrir dicha liquidación a Olimpia.
Finalmente, hace unas semanas ya se eligió a una nueva empresa que se hace cargo de la disposición y tratamiento de los residuos del municipio. Lo que podría verse como un avance no lo es, porque vuelve el problema de la opacidad.
La síndico del municipio, Paulina Enecoiz Garci-Crespo, públicamente denunció que se ocultó todo el procedimiento para elegir a la empresa que ya se está haciendo cargo de la recolección de basura.
Una situación que plantea una pregunta simple: ¿qué se está escondiendo por parte de la administración del edil Pedro Tepole? Porque si no se transparentó la licitación, queda claro que hay algo muy turbio.
