Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid, tenía una frase brutal con la que agobiaba a sus enemigos, entre ellos Pablo Iglesias: “Repita conmigo: los etarras son unos asesinos”.
Pablo Iglesias, hoy convertido en periodista, la usaba igualmente con frecuencia.
(¿Quién fue primero: el huevo o la señora Aguirre?).
Esta frase es tan maleable que se puede usar, por ejemplo, con las encuestas que abundan como liendres en las cabezas de los niños del Colegio Americano.
(Yo no lo sé de cierto, pero supongo).
Repitan conmigo: las encuestas difundidas son propaganda.
Las precandidatas súbitas son hechizas.
Ambas existirán mientras haya recursos que las muevan.
Repitan conmigo: los tuiteros que opinan de todo son los borrachitos solitarios de los bares.
(Por sus retuits los conoceréis).
Como no los quieren en sus casas, se refugian detrás de un vermú.
Y después del tercero, eructan cualquier cosa y se meten a opinar en las conversaciones de otros.
(Al final, se orinan en los pantalones).
Repitan conmigo: Noroña es el cromosoma 47.
Es una estructura en forma de madeja de hilo y guayabera (compuesta de proteínas, lugares comunes, vulgaridades y una única molécula de ADN) que transporta información inocua e inicua en mítines de veinte acarreados.
Repitan conmigo: Marcelo, el futbolista, es un asesino.
Fue directo a la pierna.
Se nota en su mirada.
(Salvo que confunda el balón con una pierna).
La mirada nos dice que quería hacer el mal antes que el bien.
(Por eso lloró en la banca, luego de ser expulsado).
Repitan conmigo: los huipiles de Xóchitl Gálvez no son mejores que los de Beatriz Paredes.
Tampoco es mejor política que la tlaxcalteca.
No todo lo que viene de Tlaxcala es chinicuil.
Los gusanos de maguey son inmejorables.
Repitan conmigo: López-Gatell fue abducido por un ovni y odia al mundo científico.
Por eso todo el tiempo rebate a la ciencia.
Por eso Noroña, de llegar a Palacio Nacional, ya anunció que será su secretario de Salud.
(Si Noroña gana –digo: es un decir–, las guayaberas regresarán a la política nacional y se pondrán de moda los “chingada madre” y otras lindezas que el diputado con licencia escupe al menor descuido).
Repitan conmigo: usar expresiones como “chatos” y “chatas” –en el mejor estilo Tony Gali junior en Instagram– no los convierte en parte del pueblo o de la 4T.
Cantinflas las usó para conectar con las carpas, pero vivió como rey en su mansión de Acapulco.
Y hasta una estatua suya se mandó a hacer.
