Este día, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió al primer ministro japonés, Fumio Kishida, defender a Japón de la creciente amenaza que ambos jefes de Estado perciben de China.
Desde el Despecho Oval de la Casa Blanca, Joe Biden detalló que decidieron modernizar su alianza militar, gracias a que el país del sol naciente ha mejorado sus esquemas de seguridad y defensa nacional. Agregó que este nuevo convenio se basa en los valores democráticos compartidos, por lo que se fortalecerá la relación entre ambas naciones.
De esta manera, ambos han firmado una alianza estratégica clave para para mantener en “equilibrio” a Asia, pues este acuerdo también busca mantener a raya Rusia y Corea del Norte. Como parte de los nuevos acuerdos, Estados Unidos permitirá que Japón refuerce sus sistemas de miles y reorganizarán su presencia militar el archipiélago japonés.
También se acordó que el cerco nuclear estadunidense que protege a Japón se extenderá para incluir a los satélites de dicho país, es decir, que Estados Unidos se comprometió a defender los satélites de Japón de cualquier ataque, medida solo había sido acordada para la drénense de los miembros de la OTAN.
Déjeme ser muy claro. Estados Unidos está totalmente, plenamente y claramente comprometido con esta alianza”, expresó Joe Biden.
Por su parte, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, señaló que su gobierno decidió firmar este convenio para mejorar las redes de seguridad en el país, por lo que confía que este acuerdo disuada a posibles rivales de querer lanzar un ataque sobre la isla, esto en referencia de China y Corea del Norte.
Japón y Estados Unidos se enfrentan actualmente al mayor y más complejo desafío en materia de seguridad de la historia reciente”, añadió Kishida.
El primer ministro de Japón añadió que está determinado a cumplir con su misión de proteger a la nación y a sus habitantes en un momento crucial de la historia de Asia. Señaló que esta nueva política de seguridad se seguirá ciñendo a la Constitución, al derecho internacional y al derecho japonés.
Estos cambios, aunque apoyados por la opinión pública contrastan y dan un giro completo a la política pacifista adoptada tras la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, pues tras este conflicto se le prohibió al país del sol naciente dotarse de un ejército convencional.
Esto no es ninguna sorpresa, pues la idea de Joe Biden es que Japón limite su dependencia hacia Estados Unidos en materia de seguridad; además, apoyar a Japón resultaría en que el país tome un papel protagónico en la defensa de Asia, ya que ésta es la zona del mundo donde más crece el gasto militar.
Aunque la Constitución nipona impone serias restricciones a la actividad militar de Japón, desde el 2012 Tokio ha aumentado gradualmente su presupuesto militar, sobre todo el de sus Fuerzas de Autodefensa.
En diciembre el gobierno de Kishida aprobó una reforma para aumentar el gasto publico destinado en seguridad nacional y defensa. De esta manera, su inversión creció en un 25% por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, por lo que su gasto militar pasará den 1 al 2% del PIB en los próximos cinco años.
Por ejemplo, Japón anuncio que compraría miles de misiles Tomahawk a Estado Unidos en lo que el país del sol naciente logra desarrollar su propia tecnología nacional.
Estas medidas surgen ante la creciente preocupación de Tokio del aumento armamentístico de Corea del Norte y por el conflicto en Ucrania, pues el mandatario de Japón señaló que aquella guerra puede ocurrir en Asia en un futuro cercano. En años pasados, Japón tuvo una relación conciliadora con Rusia, pues logaron un acuerdo donde por la disputa territorial sobre las islas Kuriles.
Pero el verdadero tema, es el alarmante crecimiento militar de China; así como la presión ejercida por Ejército Popular de Liberación sobre Taiwán, isla autogobernada que se alinea ideológicamente con Estados Unidos, pero que China sigue considerando como parte de su territorio.
El gobierno de Japón externó su preocupación cuando China decidió bombardear aguas cercanas a Taiwán, pues las autoridades niponas acusaron que este era un comportamiento provocador. Taiwán es una isla vecina de Japón. Por lo que lo que sucede en la isla de Taiwán afecta a Japón.
El informe de Thin tank del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), señaló que si China invade Taiwán y Estados Unidos decidiera intervenir, éste tendría que utilizar las bases militares de Japón para realizar las operaciones de combate y defensa de la isla.