Cuba llamó este domingo a sus ciudadanos para que votasen a favor o en contra del referéndum al código de familia, el cual permite a parejas del mismo sexo casarse y adoptar hijos. También se aprobó la “gestión solitaria”, sin ánimos de lucro y de igual manera, el gobierno cubano prohibió el matrimonio infantil.
Este hecho representa un gran avance para Cuba, ya que de esta manera se garantizan los derechos al sector LGTBQI+, luego de que la isla marginara a dicha comunidad en los años 1960, con la imposición de trabajos forzados.
De acuerdo con el Consejo Electoral Nacional (CEN), 1.9 millones de personas votaron a favor del referéndum, pero si se toma en cuenta las abstenciones, votos nulos y noes, 4.4 millones de cubanos no apoyaron de manera directa dichas reformas, lo que el gobierno podría catalogar como voto de castigo.
El nuevo código sustituye al vigente desde 1975, impuesto por la revolución, la cual tuvo antecedentes homofóbicos. Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de Cuba, consideró este referéndum como “una victoria de Cuba y del pueblo cubano”. El gobierno favoreció el sí con una campaña en medios oficiales, acción que fue criticada por la oposición, pues el gobierno cubano no concedió espacios para defender el no a las reformas.
Aunque muchos salieron a las calles a festejar, Cuba se encuentra en una de sus peores crisis económicas y migratorias que la isla haya visto desde la revolución.