Los daños ocasionados por el derrame de seis mil barriles de petróleo ocurrido hace ocho días, potenciados por el fuerte oleaje de la erupción del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha’apai, han hecho que el día de ayer las autoridades peruanas declaren una emergencia ambiental por 90 días.
Rubén Ramírez, ministro de Ambiente, consideró aceptable este estatus para el área costera de las 512 hectáreas de la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras; así como para las mil 758 hectáreas de la Zona Reservada Ancón.
De esta forma, el funcionario público garantizó el manejo adecuado de la situación en la zona afectada y que los recursos económicos necesarios serán aplicados para reparar el daño ambiental, ocasionado a 21 playas del área afectada, por medio de los trabajos de recuperación de los especialistas.
Por su parte, la Fiscalía de Perú lleva a cabo una investigación para determinar las responsabilidades y las posibles sanciones que tienen como raíz el proceso de descarga de 965 mil barriles de crudo del barco Mare Doricum a la refinería La Pampilla, operada por la compañía petrolera Repsol.
Mientras tanto, las afectaciones a la fauna marina de la zona crecen y el temor de los habitantes de la zona a un impacto económico, del que no se puedan recuperar, comienza a hacerse más notorio.