Algo tienen que hacer los distintos órdenes de gobierno en el estado para tratar de contrarrestar la inseguridad que está ahogando y matando a los poblanos de todos los niveles, sectores y estratos sociales.
Porque la inseguridad —en el estado y en el resto del país— es el pan de cada día de los ciudadanos.
Y de los habitantes de todos los rincones de la entidad y del país, quienes sufren día a día el fenómeno que ya se ha convertido en el talón de Aquiles de todo gobierno, particularmente de la 4T.
Tan solo a nivel nacional, mayo se registró como el mes más violento en lo que va del 2022, de acuerdo con el reporte del gabinete de seguridad federal, ya que tan solo en este periodo se contabilizó un total de 2 mil 472 homicidios dolosos.
En promedio, por día, se registraron 79.7 muertes violentas. Se registró un repunte de 16% en los homicidios dolosos, ya que en el mes de abril se reportaron 2 mil 131 muertes violentas.
De los 2 mil 472 homicidios dolosos ocurridos durante el mes de mayo, un total de 758 (es decir el 30%) ocurrió en tres estados: Guanajuato, Estado de México y Michoacán.
Sin embargo, en Puebla las cosas no están del todo bien, ya que se siguen dando asesinatos, linchamientos, feminicidios, violaciones, asaltos de todo tipo, robos con violencia, entre muchos otros ilícitos graves.
El más reciente se dio en agravio de la abogada y activista Cecilia Monzón Pérez, quien fue víctima de feminicidio por parte de su expareja sentimental, Javier López Zavala, un político expriista y exmarinista, actualmente ya detenido y recluido en el penal de Tepexi de Rodríguez, junto con sus cómplices.
Un caso más es el linchamiento de Daniel Picazo González, asesor en el Senado de la República y la Cámara de Diputados, trabajo que concluyó en marzo de este año.
A Daniel lo lincharon, asesinaron y quemaron vivo habitantes de Papatlazolco, en el municipio de Huauchinango, Puebla, tras ser confundido y acusado —sin prueba alguna— de intentar robarse a un menor de edad.
Un asesinato más, apenas registrado ayer, fue el del propietario de la tienda de abarrotes D’NYS, de nombre Adrián, quien fue ultimado a balazos frente a su establecimiento, ubicado en la colonia Concepción La Cruz.
El comerciante, originario de Oaxaca pero ya radicado en Puebla, fue asesinado a balazos después de haber recogido a su hijo de 10 años en la escuela, quien resultó ileso. Le sobreviven su esposa y su hijo.
Y podríamos hablar de asaltos violentos en el estado, por ejemplo, a cuentahabientes, quienes ya no se sienten seguros de acudir a las distintas sucursales a retirar dinero o a realizar depósitos en efectivo.
¿Qué sucede en Puebla que la inseguridad está desbordada?
A 240 días de gobierno, el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, reconoció que el talón de Aquiles de todo gobierno hoy en día es la grave inseguridad, la cual se tiene que contrarrestar con estado de fuerza, estrategia e inteligencia, y prevención.
Sin embargo, parece que la inseguridad y los grupos criminales ganan terreno porque los asesinatos y delitos graves no terminan tampoco en la capital.
Y lo mismo sucede en el interior del estado, donde las cosas no son tan buenas.
Ayer, habitantes de la junta auxiliar San Juan Tuxco, en San Martín Texmelucan, bloquearon la autopista México-Puebla —en ambos sentidos y con una barricada de fuego— para exigirles a las autoridades apoyar la búsqueda de Edu Reyes, un joven levantado y secuestrado en la región.
Edu Reyes fue levantado por un grupo de hombres que viajaba en una camioneta, y la moto en la que se trasladaba fue encontrada en la zona de San Juan Tuxco.
La grave inseguridad en Puebla se ha vuelto una constante y es urgente que las autoridades estatales y municipales ya hagan algo para detenerla.
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