Si algo quedó claro ayer en el Congreso del Estado, a propósito del inicio de la glosa del 4to Informe de gobierno, es que Julio Huerta Gómez, actual Secretario de Gobernación, es el heredero del ex gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta.
Es el beneficiario del barbosismo, y actúa en consecuencia.
Ya es evidente que él es quien ha tomado el mando de la estructura barbosista, y quien ahora mueve los hilos del poder político en Puebla.
Era el “tapado” del barbosismo y nadie se había dado cuenta.
Por algo siempre fue discreto, hasta después del fallecimiento de su primo el ex mandatario.
Y también por algo Barbosa echó a correr, en su momento, a todos aquellos que aspiraban a sucederlo en el cargo.
Los midió uno a uno, pero siempre supo que podría imponer su carta sin problema.
Julio Huerta siempre era el as bajo su manga.
Ayer, insisto, quedó de manifiesto.
Porque a la comparecencia del titular de gobernación se dieron cita varios ediles del interior del estado, así como la secretaria general del CEN de Morena, Citlalli Hernández Mora; la dirigente del partido de la 4T en Puebla, Olga Lucía Romero Garci Crespo; y hasta Rosario Orozco Caballero, viuda de Barbosa.
Por ello todos los diputados de la LXI Legislatura, incluidos los de oposición, trataron bien a Julio Huerta, quien pudo saludarlos uno a uno.
Ahora se entiende a la perfección el papel que juega el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, quien es un animal político de estirpe, leal, confiable y sumamente profesional.
Su sacrificio de dos años tendrá que ser muy bien recompensado.
La pregunta en este contexto es:
¿Le alcanza a Julio Huerta para convertirse en el candidato de Morena al gobierno del estado en 2024?
¿Le dan los tiempos?
¿Es suficiente la estructura barbosista para encumbrarlo, primero como candidato y luego como posible gobernador?
Porque una cosa es querer y otra, poder.
Una cosa es intentar ser y otra, las circunstancias en las que pretenda llegar.
Con razón las corcholatas barbosistas, después que fue perfilarlo, callaron.
El “plan A” del barbosismo se llama Julio Huerta.
Eso sí, falta que en Morena nacional los astros se alineen para que el barbosismo pueda ver encumbrado a su gallo, ya como candidato al gobierno.
Para Julio Huerta aún falta mucho por hacer, mucho por recorrer, mucho por negociar y mucho por cabildear.
¿Qué tanta fuerza tendrá el barbosismo en lo nacional para poder impulsarlo y ungirlo como candidato?
Porque tiene dos grandes problemas con los primos Mier.
El senador Alejandro Armenta Mier es el puntero de la carrera al 2024, lleva mucha ventaja en las encuestas y ya cuenta con una gran estructura que lo respalda. Además, se mueve en el ámbito nacional con buenas relaciones.
En tanto, Ignacio Mier Velasco, diputado federal, tiene acuerdos importantes con Mario Delgado Carrillo, dirigente nacional de Morena; con el secretario de gobernación federal, Adán Augusto López Hernández, una de las corcholatas presidenciales, y con varios gobernadores.
Ahora entiendo por qué el presidente del Senado, Alejandro Armenta, metió a Julio Huerta a la puja por la candidatura de Morena en Puebla.
Y es que todo el barbosismo está agrupado en torno a la figura de Julio Huerta, quien intentará quedarse con la candidatura de Morena, apoyándose en la estructura de gubernamental.
Empero, la carrera no es nada fácil.
Hay muchos otros obstáculos y mucho que cabildear en Palacio Nacional, donde quieren un cambio para Puebla, y no de partido.
En ese sentido, me pregunto ¿por qué a la comparecencia de Julio Huerta no vino Mario Delgado y sí Citlali Hernández Mora, secretaria general de Morena?
El mensaje que el barbosismo está tratando de permear es que su gallo sí tiene fuerza para pelear.
No cabe duda que la lucha interna en Morena por la candidatura a la gubernatura del estado va a sacar chispas.
Sobre todo cuando el gobernador Sergio Céspedes no desea enfrentarse con nadie, ni correr el riesgo de tomar partido contra las disposiciones nacionales.
Es por ello que ya se sentó con las tres corcholatas del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), con la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo; con el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Luis Ebrard Casaubón; y ya recibió en Puebla al titular de gobernación, Adán Augusto López.
Si hasta parece que empieza a marcar su raya y a tomar sus propias decisiones.
Que cada quien haga sus lecturas.
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