El asesinato de dos policías estatales por parte de criminales en Amozoc es un duro golpe a la confianza de todos los integrantes de los cuerpos de seguridad del estado de Puebla.
Los policías estatales Julio César Flores y Luis Antonio Valerio fueron acribillados cuando resguardaban un inmueble en Chachapa, Amozoc, que había sido asegurado a un peligroso grupo de huachigaseros.
Indudablemente, existió un grave error por parte de la Fiscalía General del Estado y de la Secretaría de Seguridad Pública al dejar solos a dos policías estatales en un punto de alto riesgo, como es Amozoc, al resguardo de un inmueble asegurado.
¿Qué sentido tenía la presencia de dos policías estatales afuera de un inmueble?
Ninguno.
Por el contrario, era evidente que el peligroso grupo criminal iba a responder al aseguramiento de ese inmueble y encontraron solos a los policías estatales que fueron blancos fáciles de un brutal ataque.
Es momento de que la FGE y la SSP cambien la estrategia para no dejar solos y vulnerables a los policías auxiliares, municipales y estatales, debido a que los criminales los van a seguir atacando.
El asesinato de dos de sus compañeros es un duro golpe a la confianza de los policías estatales que se saben vulnerables ante los criminales.
Urgen cambios en la estrategia de seguridad, hasta para cuidar más a nuestros policías, debido a que en los últimos meses mataron a dos policías municipales de Atlixco, dos de la SSC de Puebla y ahora dos de la SSP.
Hay que cuidar y blindar más a nuestros policías porque son la última barrera que tiene la sociedad ante los criminales.
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