A nadie le cabe duda del momento decisivo que atraviesa el país, después de lo afirmado por dos expresidentes de México en España, el que no lo quiera ver, no es ciego, es necio.
El camino es uno y lo es, con imperante urgencia: sacar al peligro de Palacio Nacional.
Lo haremos con voluntades ciudadanas en el 2024 porque construimos los triunfos con una base democrática y pacífica, tampoco es cambiar por cambiar, tampoco es el “quítate tú, para ponerme yo”.
Es tener la generosidad y aportar cada uno, a un proyecto de nación definido y justo, Acción Nacional quiere una Patria Ordenada y Generosa y una vida mejor y más digna para todos, es una manera concisa de enunciar el proyecto amplio y complejo que significa lograr esto, para las y los mexicanos. Pero ese es nuestro rumbo, no hay más.
Todas las fuerzas políticas estamos llamadas a aportar lo mejor que tenemos para lograr vencer electoralmente al adversario que juega sucio, trampea y miente, todos los días con la ayuda de los recursos y medios del gobierno federal.
Tampoco se trata de rebajar los valores o de ir sin principios a obtener el poder.
No nos confundamos, los panistas caminaremos de la mano con la ciudadanía y convocamos a los demás partidos a encontrar coincidencias en este actuar, no estamos al acarreo de votos, ni personas, ni militantes.
La dirigencia nacional del Revolucionario ha dejado claro con su actuar, cuál es su proyecto, cuáles son sus motivaciones y cuál su grado de compromiso y está a la vista de todas y todos los poblanos.
Hasta el día de hoy, ha demostrado que pareciera que tenemos diferentes proyectos diferentes de Nación.
La alianza electoral deberá ser el resultado de coincidencias, de vértices ideológicos, proyectos de nación y sociedad, toda vez que trasciende a las personas, a las dirigencias, militantes y liderazgos, va más allá de las relaciones personales o simpatías, esas se dan por añadidura. Se puede mantener amistad y excelente relación con dirigentes y militantes de otras fuerzas políticas, pero eso no condiciona una alianza electoral y menos.
Aun cuando externen que se llevan bien en el plan personal, ellos tienen una responsabilidad con los proyectos de sus partidos y con la vida democrática del país.
Todos estamos atentos a factores nacionales, observadores de momento local y abiertos a escuchar a las y los militantes de nuestro partido y de los otros partidos para ir construyendo esta gran alianza.
Estoy seguro que militantes y líderes de todas las fuerzas políticas estamos sensibles a los difíciles tiempos que atraviesa el país, incluso miles de desilusionados de los actuales gobiernos están a la expectativa de la propuesta de una gran alianza que rescate al país de estos pésimos gobiernos, pero que sepa bien hacia dónde pretende ir y a qué costo, porque de eso, depende la alianza.
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