La pronta recaptura de Felipe “N”, alias El Pirulí, es un acto digno de reconocerse y aplaudirse a la Fiscalía General del Estado.
También la vinculación a proceso de 14 custodios que estarían relacionados con la fuga del peligroso delincuente originario de Huejotzingo.
El traslado reciente de reos peligrosos del penal de San Miguel a los Centros Federales de Readaptación Social (Ceferesos).
Además de la destrucción de los cuartos construidos de manera ilegal al interior del penal, que eran rentados en 2 mil 500 pesos la noche o 250 pesos la hora para encuentros de la visita íntima y del ingreso de prostitutas a la cárcel.
Esas acciones son importantes para limpiar el penal de tanta porquería y corrupción que prevaleció durante los últimos meses y en donde estarían involucrados los llamados “chiapanecos”, quienes eran parte de la estructura de la Secretaría de Seguridad Pública.
Siempre nos ha quedado claro que el gobernador, Miguel Barbosa, no solapa ningún acto fuera de la ley, pero en el caso del penal de San Miguel le ocultaron muchos meses toda esa red de corrupción que permitió, entre otras cosas, la fuga de El Pirulí.
Que sirva la recaptura del peligroso delincuente para limpiar toda la corrupción del penal.
Es el momento ideal.
Ojalá y lo hagan las autoridades estatales.
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