El “escándalo” de los respiradores mecánicos del ayuntamiento de Puebla, que fueron calificados por el gobernador poblano como “artefactos usados, oxidados, abollados e incompletos”; solo ha motivado sospechas de corrupción, pero también quedó exhibido que se chamaquearon a los burócratas municipales.
No es por echarle más leña al fuego, pero no es la primera vez que en las adquisiciones y contratos municipales los servidores públicos riegan el tepache. Hay antecedentes que muestran esa sistemática inexperiencia.
A los funcionarios –si es que funcionan- les han metido goles reiteradamente o quizá sean auto goles. ¡Qué bueno que no son un equipo de futbol! Ahí está el caso de las videocámaras de las ventanas ciudadanas, otra falla fue la adquisición de uniformes con logotipos de otras gestiones. Otro mal juego es el caso de los bolardos en donde se acusó sobreprecios. Recientemente en medio de la pandemia también se ha cuestionado la entrega de despensas ya que los números no cuadran con esos sobrecostos y ahora, para rematar, se suman los respiradores “chafas”. ¡oootro autogol!…¡No dan una!
Los sistemáticos errores han dado paso a que los opositores a la presidenta municipal Claudia Rivera acusen que hay corrupción en el municipio. Los constantes resbalones de “funcionarios” solo han facilitado más críticas a la gestión municipal, pero lo peor de todo es que siempre hay una justificación para salir al paso. Al final los descalabros no quedan en quienes cometen las pifias, sino que los recibe la mismísima alcaldesa.
A todo esto también hay que preguntar sobre la reputación y trayectoria de la empresa que chamaqueó al ayuntamiento de Puebla. ¿Qué ética y compromiso tiene esa firma que vende equipos médicos caros e inservibles? ¿Es la primera ocasión que chamaquea al ayuntamiento?
El gobierno municipal se justificó al señalar que cumplió con las especificaciones técnicas que pidió la Secretaría de Salud, pues quizá es cierto pero ¿de qué sirvió si los equipos eran viejos, caros e inservibles?
En suma, se llevaron al baile al ayuntamiento. En lugar de comprar equipos caros y chafas, mejor hubieran buscado a León Manuel Bartlett; sí aquel que vendió carísimos los respiradores al IMSS, esos estaban exageradamente caros pero al menos sí funcionaban y eran nuevos. ¡¡¡Diiigo!!!
Miedo al contagio
Entre el personal de la Fiscalía General del Estado hay preocupación porque sus temores se han vuelto realidad. En días recientes los empleados han confirmado casos positivos de Covid19 entre sus compañeros. Tienen temor porque la única forma de contener y eliminar riesgos del “contagiadero” es sanitizando oficinas pero no aíslan al personal, ni les aplican pruebas. Tienen miedo de que lo peor está por venir con base en proyecciones del mismo gobierno. Los burócratas dicen que había acuerdo para regresar a laborar hasta el 31 de mayo y así eliminar riesgos, pero su jefa Alejandra Odette Flores Ventura, directora de unidades de investigación especializada, los hizo regresar desde el 6 de mayo y hoy están pagando las consecuencias.
Como de costumbre y en medio de la pandemia, el changarro está abierto las 24 horas. Si quiere compartir chismes, ocurrencias y uno que otro tip, son bienvenidos en Twitter @ferabrajan1 y en [email protected]
