El Partido Revolucionario Institucional (PRI) está en proceso de renovación y en Puebla deberá pasar del dicho al hecho cerrando la puerta a “perfiles desgastados y con un turbio pasado” que buscan la dirigencia estatal.
Una vez que el delegado del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Américo Zúñiga, asumió la dirigencia en Puebla dio inicio la carrera por encabezar el partido por los siguientes años y enfrentar los comicios intermedios de 2021.
Lo preocupante es que perfiles como los ex delegados federales Juan Manuel Vega Rayet, Alberto Jiménez Merino y Lorenzo Rivera Sosa, se han apuntado para presidir el Comité Directivo Estatal (CDE) aunque todos tienen algún señalamiento por enriquecimiento.
Además que todos estuvieron ligados con el ex gobernador, Mario Marín Torres, lo que ha generado que su imagen tenga más puntos negativos que positivos lo que no resulta benéfico para el PRI que busca deslindarse de cualquier tufo de corrupción.
Aunado que en el caso de Jiménez Merino y Vega Rayet vienen de perder una elección a gobernador y diputado federal e incluso este último amagó con renunciar al Revolucionario Institucional en Puebla.
Ahora si el líder nacional, Alejandro Moreno Cardenas “Alito”, verdaderamente quiere concretar un cambio de fondo y darle paso a la nueva generación de priistas deberá frenar la participación de estos marinistas porque ya pasó su tiempo.
Es momento que dejen pasar a otras opciones, con menos desgaste, con capacidad y un proyecto que apueste al cambio generacional impulsando a los jóvenes que se han formado sin los vicios que tanto dañaron al PRI.
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La presidenta Municipal Claudia Rivera Vivanco alista nuevos movimientos en la administración pública.
Aunque en la última rueda de prensa donde anunció la salida del secretario de desarrollo económico Eduardo Peniche, dijo que eran los cambios y no pretendía hacer más, cuentan que sí los habrá.
Los enroques se conocerán el próximo 15 del mes, obviamente para que cobren su última quincena.
¿Hagan sus apuestas?