Cuando alguien en mi consultorio me dice, es que no puedo cerrar esto, me causa mucho dolor o estoy muy angustiado (a), lo primero que yo le respondo es; date tu tiempo, tómate todo el tiempo que necesites, porque cerrar un ciclo es un verdadero arte, se necesita, varios ingredientes para esta obra maestra, inteligencia, paciencia, amor hacia sí mismo, constancia, salud emocional, pero sobre todo decisión y voluntad, así es que tener toda esta gama de emociones, a veces no es fácil, y es que cuando estamos verdaderamente heridos o inconclusos, empezamos a sentir una gran ansiedad por el desconcierto de no saber a dónde terminó algo para lo que ni siquiera estamos preparados, por ejemplo, una muerte sorpresiva, o descubrir un engaño amoroso, o soltar una dependencia emocional de la que ni siquiera me daba cuenta, en fin, los escenarios son amplios pero el dolor es muy parecido, heridos de tal manera que a veces sentimos que podemos morir.
La mejor manera de cerrar un ciclo es en compañía, aunque a veces preferiríamos estar solos, de hecho si es muy necesario hay que estarlo, sin embargo, sentir al amigo cerca, o a otra persona que nos ame y nos entienda, aunque esta persona permanezca en silencio es muy reconfortante, aislarnos a veces también es contraproducente, y aunque nosotros sentimos que la vida se ha detenido, esto no es así, es sólo una sensación pero la vida continua a pesar de nuestro dolor, la siguiente etapa es buscar ayuda, alguien que pueda contarte la historia que has vivido de una manera objetiva, veraz, real, sin idealismos, ni asuntos subjetivos, para que de la misma forma puedas empezar a “comprender” desde otro punto que fue lo que sucedió, a medida que lo vas haciendo, sentirás cada vez con mayor fuerza la posibilidad de cerrar, insisto un capítulo más en tu vida, y si tu ya eres capaz de visualizar tu propia historia desde este punto de vista, entonces te servirá para concluir, para entrar nuevamente en un estado de reposo, donde te quedes con lo mejor de todo lo sucedido y deseches lo que no te convenga.
Un asunto muy interesante de la psicoterapia es que te permite, mediante algunas técnicas muy hermosas, regresar al momento en que sucedió este “impasse”, ese punto muerto donde se detuvo algo para lo que no estabas preparado, donde ocurrió algo que te dejó detenido en ese momento sin podértelo explicar o aceptar o comprender, entonces mediante la compañía terapéutica, puedes decir o hacer todo lo que necesites por y para concluir lo incluso, cerrar lo abierto, dejar ir lo que ya no está, continuar con la vida que te espera con los brazos abiertos, en fin para volverte un poco más sabio, un tanto más maduro, este es sin duda alguna el proceso de la vida.
Hace un tiempo alguien me pregunto lo que significaba cerrar ciclos para mí, entonces le respondí esto:
CERRAR CICLOS ES:
PERDONAR PARA SIEMPRE: primero a ti mismo; a él, a ella, a “eso”, para siempre, las “malas experiencias” lo siguen siendo a medida que no te perdonas haber estado ahí, usar lo que nos pasó o lo que otros nos hicieron como un arma sólo te victimiza, te hace odioso ante los demás y te aísla de todos, no perdonar mata el amor que tienes dentro de ti para los demás, es un cáncer que corrompe, PERDONAR a todos lo que directa o indirectamente te han hecho algún daño, te permite perdonar a la persona más importante de tu vida, a ti mismo, perdonarte por haber permitido lo que sucedió, tal vez sea la etapa más importante para cerrar ese ciclo.
RECORDAR SIN ODIO, NI RENCOR: ya es verdaderamente celebérrima la frase de algunas personas (para mi necesariamente rencorosas) que dicen “perdono pero no olvido”, hay una manera sana de recordar, cuando esta se hace sin odio ni rencor, recordar como una manera de aprendizaje profundo es la verdadera riqueza de no olvidar, recordar te permite ser sabio, RECORDAR SIN DOLOR te permite ser mejor, eso significara que en esta batalla, tú fuiste el triunfador, poder mirar a esa persona que te dejo abandonado, abandonada, poder hablar de ese amor que murió, poder recordar aquel amigo que te traicionó, sin odio ni rencor, eso también es cerrar ciclos.
INTEGRAR A LA VIDA: (no tener la fantasía de que esto no sucedió) una de las características de las familias más disfuncionales es “aparentar” que no sucede nada, que todo está bien, que ahí “no pasa nada”. ¡Claro que pasó!, la experiencia siempre es una oportunidad de crecimiento, son tus batallas, si sales herido pero no mueres entonces serás más fuerte, eso que te sucedió ahí, más adelante y aunque no lo creas ahora, es la RIQUEZA más importante de tu vida, eso es lo que te hace un guerrero, una guerrera, así es que no se trata de aparentar que no sucedió, de vivir “como si” no hubiera ocurrido algo, sino de reconocerlo en tu vida como una oportunidad de aprender, de ser más fuerte, de ser una mejor persona.
Por último Cerrar un ciclo es, NO QUERER CONTROLAR NADA: ni a nadie, ese el mayor conflicto de cerrar un ciclo, que las personas implicadas o los acontecimientos sucedidos, NO TOMARON TU PARECER, entonces se fueron, murieron o te traicionaron sin preguntarte, y empezamos a querer “controlar” lo que ya no tiene control, empezamos a esperar lo que ya no va a llegar o a exigirle a alguien que nos ame cuando ya no hay más para nosotros, ¡que duro no!, cerrar un ciclo es comprender que nadie está para complacerme, y que yo tampoco estoy para complacer a nadie que yo no quiera, cerrar un ciclo es saber que lo único sobre lo que tengo control es sobre mí mismo, sobre mí misma, cerrar un ciclo es dejar que los otros sigan su camino y yo siga el mío, con tranquilidad, armonía y paz.
¡Nos vemos en la próxima! GRACIAS.