Tres factores fueron decisivos en la designación de Alejandro Armenta Mier como coordinador estatal de Defensa de la Cuarta Transformación, es decir, como el precandidato de Morena y partidos aliados a la gubernatura de Puebla.
El primero fue, por supuesto, su posicionamiento entre los votantes de la entidad como un político conocido en la mayoría de los municipios, y competitivo para ganar elecciones, cualidades que mantuvo durante el largo proceso interno de Morena, que no inició con la publicación de la convocatoria el pasado 18 de septiembre.
Una cuestión que debe reconocérsele al senador es que pese a que la clase política y los operadores electorales locales se cargaron a favor de su contrincante, Ignacio Mier Velazco, quien era percibido como el favorito del presidente Andrés Manuel López Obrador, Armenta nunca perdió competitividad, ni dejó de ser valorado por la opinión pública como uno de los punteros.
Un segundo factor fue el acercamiento que logró con Claudia Sheinbaum y algunos de sus operadores, como Julio Scherer Ibarra. Con la primera se alió desde el proceso interno, apoyándola como presidente del Senado, incluso a costa de su impulsor en la Cámara alta, Ricardo Monreal. Cuando aquella resultó electa coordinadora nacional de Defensa de la Cuarta Transformación, Armenta se entrevistó con ella, le mostró las encuestas que lo daban por amplio favorito y estrechó relaciones con Julio Scherer. Esta alianza resultó clave, pues el ex consejero jurídico del Ejecutivo federal es, además, uno de los enemigos políticos de Ignacio Mier.
En las evaluaciones cupulares que se hicieron de los siete aspirantes a la coordinación estatal de Puebla en las oficinas centrales, Claudia Sheinbaum siempre tuvo la idea de que con Alejandro Armenta ella y la 4T podrían ganar con mayor margen la Presidencia y la mayoría calificada en el Congreso de la Unión. Con Ignacio Mier también ganaban, pero por diferencias más estrechas, asunto que Scherer aprovechó para apuntalar en el equipo de la candidata presidencial al senador.
Un factor adicional que influyó de manera determinante a favor de Armenta Mier fue el bloque que desde el Gobierno del estado se auspició, en el que confluyeron además de este, otros cuatro aspirantes: Julio Huerta Gómez, Olivia Salomón Vivaldo, Lizeth Sánchez García y Rodrigo Abdala Dartigues.
Ellos conformaron lo que se conoció como el TUCOM (Todos Unidos Contra Mier), y juntos presionaron por un candidato de unidad, dejando en claro que el único que no contribuía a este propósito era el coordinador de la fracción de Morena en la Cámara de Diputados. Ese fue el mensaje que llevaron a Palacio Nacional, a la oficina de Claudia Sheinbaum y al Comité Ejecutivo Nacional del partido morenista.
Mier acepta candidatura al Senado, pero sin apoyar explícitamente a Armenta
Este domingo, en una asamblea del Instituto Mexicano para la Transformación de la Vida Pública (IMT), el diputado federal Ignacio Mier anunció que sí aceptará ser candidato al Senado por la primera fórmula, tras afirmar su respaldo a Claudia Sheinbaum y a los nueve coordinadores estatales de Defensa de la Cuarta Transformación, incluido el senador Alejandro Armenta.
Sin embargo, en su larga intervención nunca mencionó por su nombre al senador Armenta. Tampoco lo hicieron el presidente del IMT, Juan Carlos Ríos, ni los tres promotores comunitarios que intervinieron en la asamblea.
Mier Velazco dijo que aceptaba los resultados del proceso interno de Morena porque no era un aventurero de la política, ni un vulgar ambicioso, pero dijo que él y los miembros del IMT estarán atentos de que los grupos de interés que han ganado posiciones dentro del movimiento no antepongan sus intereses personales al interés general y colectivo. A estos grupos, apuntó, hay que combatirlos y erradicarlos del partido.
Nacho Mier, daños colaterales del Grupo Tabasco de Adán Augusto
Una alianza política que no favoreció al diputado federal Ignacio Mier en su proyecto de convertirse en gobernador de Puebla fue la que hizo con el que fuera secretario de Gobernación federal, Adán Augusto López Hernández.
Y es que el grupo de esta “corcholata presidencial” ha sido el gran perdedor en la actual coyuntura política, a saber.
Adán Augusto López no consiguió la Coordinación Nacional de Defensa de la Cuarta Transformación, quedó en cuarto lugar después de Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Gerardo Fernández Noroña. Tampoco ha logrado colarse en una posición clave o estratégica dentro del equipo de campaña de la precandidata presidencial.
En las internas estatales de Morena, el grupo político de Adán Augusto se llevó serios descalabros, sobre todo en Tabasco, la entidad que gobernaba antes de ser designado por AMLO secretario de Gobernación.
Ahí el ganador fue Javier May Rodríguez, el exdirector de Fonatur que inició su vida pública en 1989 cuando el presidente López Obrador fundó el PRD en el estado. En Tabasco Adán Augusto se apostó por la que fuera su secretaria de Cultura y presidenta municipal de Villahermosa, Yolanda Osuna Huerta.
El llamado Grupo Tabasco también salió derrotado en Chiapas, donde intentó impulsar a José Manuel “Pepe” Cruz, exmilitante del Verde que fue secretario de Salud con el gobernador Rutilio Escandón. Al final, el ganador fue el senador Eduardo Ramírez Aguilar, identificado con Manuel Velasco.
En Puebla, el equipo de Ignacio Mier fue el que respaldó las aspiraciones presidenciales del secretario de Gobernación federal, Adán Augusto López, situación que lo distanció de la entonces jefa de Gobierno de la Ciudad de México y del grupo político del gobernador Sergio Salomón Céspedes, quien siempre apostó por Claudia Sheinbaum.
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